miércoles, 23 de noviembre de 2016

Cuando no hay proyectos colectivos

Cuando no hay proyectos colectivos


En enero de 1967 (reténgase la fecha), el filósofo Paul Ricoeur pronunció unas conferencias en Amiens. Se han publicado, por primera vez este año 2016. Este es el libro “ Plaidoyer pour l'utopie ecclésial”. Ed. Labor et Fides. Ginebra 2016. Entresaco, de la página 42, esta idea

Tras afirmar que vivimos en una sociedad (se refiere a la francesa y a la capitalista de Europa) donde hay ausencia de proyectos colectivos, escribe esto: “Pienso que es una de las razones profundas de la crisis entre China y la Unión Soviética. La Unión Soviética va a entrar también en este ciclo de sociedades sin proyectos colectivos, más allá del consumo, y el aumento del consumo para cada uno. Los chinos recogen la antorcha estableciendo un proyecto colectivo qué, es justamente, el de la revolución permanente.

Tenemos a los chinos de un lado y a los beatniks del otro; son fundamentalmente la misma cosa; de una parte, una contestación interna de una sociedad sin proyectos, y de otra, una contestación externa por personas que trata de mantener la pureza de un proyecto revolucionario, mientras que en el resto del mundo no hay más que un proyecto de consumo masivo”.

Recuérdese que en 1967 se vivía los inicios de la revolución cultural china y que los beatniks darían lugar a los hippies, la revolución contracultural, sexual etc., principalmente en California, y que después pasaría a Europa, particularmente el “mayo del 68” parisino.


Pero, actualmente, en 2016, ¿no estamos también ayunos de proyectos colectivos para el conjunto social? Los hubo, en España, por ejemplo, tras el franquismo que daría lugar a la restauración democrática y, en Euskadi, el Estatuto de Autonomía y el Concierto Económico. En Europa, tras la segunda guerra mundial, surge la idea de la Unión Europea. ¿Cuál es ahora nuestro proyecto colectivo en Euskadi, en España, en Francia, en Europa? No hay tal proyecto colectivo desde la globalización (con el imperio de las finanzas que todavía mandan en el mundo) y el derrumbe del mundo soviético. Así están surgiendo substitutos parciales con pretensión de totalidad: los fundamentalismos y los populismos de derechas, izquierdas y medio pensionistas. Entre tanto, como premonitoriamente ya escribiera Ricoeur en 1967, “en el resto del mundo no hay más que un proyecto de consumo masivo”, a salvo, hay que decirlo, de minorías concienciadas que también tuvo en cuenta Ricoeur. 

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