José Ramón Recalde. In Memoriam
El año 2006, la Fundación Fernando Buesa me pide escriba
una semblanza de Maria Teresa Castells, esposa de José Ramón Recalde, para una
publicación colectiva titulada “Elkar-ezagutuz / Reconociéndonos”. De aquellas
páginas, en reconocimiento a José Ramón, extraigo estas líneas.
José Ramón y Maria Teresa sufrieron las agresiones de
la extrema derecha española, del franquismo y de ETA. En 1.976,
estalla una bomba colocada por los Guerrilleros de Cristo Rey que destroza el
escaparate de su librería Lagun. María Teresa Castells, como propietaria de
Lagun, sufre arresto de un mes en la cárcel de Martutene por negarse al pago de
una multa. Después Lagun sería objeto de un sinfín de atentados por el mundo de
ETA, hasta que la madrugada del 14 de Enero de 1996 prácticamente la destrozan
y Lagun tiene que dejar la Parte Vieja donostiarra.
Pero lo más
grave vendría el 14 de Septiembre de 2000, con el intento de asesinato de José
Ramón Recalde por un pistolero de ETA. Sus hijos sufrieron aún más, si cabe,
que el propio matrimonio, el impacto de la salvaje agresión sufrida. A veces he
solido decir que para las víctimas del terrorismo la familia es el mayor
soporte y la mayor preocupación. A la cercanía y apoyo que la familia ofrece, y
que solo la familia puede ofrecer, se añade la “presión” de esa misma familia
para aliviar, mediante un cambio en los comportamientos de la víctima, la
situación de persecución que se vive. Se explica, ¿cómo no?, que ante la
dramática situación de un padre, con una bala alojada en la mandíbula, los
hijos reclamen, de su madre, un alto en el camino de la denuncia terrorista, de
la manifestación pública de una lucha, larga de tantos años, con las solas
armas de la pluma y la voz, por las libertades y contra toda manifestación de
fascismo. Y la madre, Maria Teresa, con la conciencia de que sus hijos le
echaran en cara no haber sido capaz de parar o frenar la pluma de su marido,
debe decirles, en plena UVI del Hospital de Gipuzkoa, que no es tiempo de echar
la toalla, que nunca hay que echar la toalla. Que ceder en ese momento es dar
la razón a ETA y al nacionalismo totalitario.
El compromiso
de la familia Recalde-Castells por las libertades viene de muy lejos. Se
conocieron en el Teatro Principal de San Sebastián en una representación de
Diálogo de Carmelitas de Georges Bernanos. Bebían de la filosofía y reflexión
de la vecina Francia. Así, por ejemplo, las revistas Esprit, Les Temps Modernes
y Temoignage Chretien, ejemplo de las avanzadillas en aquellos tiempos de
nacional catolicismo militante en España, eran algunas de las lecturas de la
familia. Me viene a la memoria, estando yo en el seminario, una conferencia de
José Ramón Recalde, no recuerdo sobre qué tema, pero sí que se presentó con un
remiendo en la cabeza pues acababa de ser golpeado en una manifestación. No
recuerdo la fecha exacta pero debió ser entre los años 1963-1965. El impacto
que nos produjo su presencia e intervención fue muy grande. Como es sabido José
Ramón militó en lo que se denominaba los Felipes en los años 60. Después, y
hasta su muerte, en el Partido Socialista.
Maria Teresa y
José Ramón fueron fundadores, junto a otros padres, de la Ikastola Ikasbide
donde estudiaron sus cuatro hijos. Como algunas familias vascas, nacidas en los
sesenta y setenta, se propusieron que sus hijos además del euskera, sin olvidar
el buen castellano, dominaran también francés e inglés. Viviendo en San
Sebastián, además, por este orden.
Con un abrazo a
Maria Teresa y a sus hijos, familiares y allegados, en especial a Rosa e
Ignacio tantos años en Lagun.
(Texto publicado
en el Grupo Noticias el 19 de julio de 2016, con un cambio. A final de tercer párrafo
decía “nacionalismo etnicista”. Creo que es más exacto decir “nacionalismo totalitario”,
como lo publico en este blog)
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