jueves, 22 de octubre de 2015

Un extraordinario libro de un gran humanista cristiano


Un extraordinario libro de un gran humanista cristiano.

 

Jean Delumeau. “L´avenir de Dieu”. CNRS Editions, Paris, Septembre 2015, 286 pp.

 

Jean Delumeau es una de las figuras más sobresalientes de la intelectualidad francesa. Se declara, en formula que personalmente también me aplicaría, “humanista cristiano”. Tiene un sin fin de publicaciones. Las más conocidas son “Le christianisme va  t- il mourir?, “La peur en Occident” (traducido a quince idiomas) y los tres volúmenes de “Une histoire du paradis”. Su última publicación de octubre de 2015, “L´avenir de Dieu” (CNRS ed.) además de presentar, de su propia mano, la quintaesencia de los resultados de su amplio itinerario personal (tiene en la actualidad 92 años), ofrece su visión del cristianismo del futuro, a la luz de su pasado, y propone una serie de reformas urgentes en el presente que resume en la conclusión del libro. Confío que alguna editorial se anime a traducir y editar su libro en lengua española y catalana. (Me temo que en euskera es demasiado pedir). Delumeau ha ocupado la cátedra de “Historia de las mentalidades religiosas en el Occidente moderno” en el “College de France”. Entre otras distinciones cabe señalar que es uno de los muy raros doctores “honoris causa” de la Universidad de Deusto.

 

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Párrafos de la Conclusión del libro, “Inventar el porvenir”

 

La importancia de la actualización. “Yo he “desaprendido” mucho desde mi infancia y durante mi largo camino de investigador y de escritor. He comprendido, cada vez más, que el historiador, por muy objetivo que pretenda ser, está marcado por los cuestionamientos, miedos, deseos y frustraciones de los primeros años”.

 

El mal del cristianismo: la colusión con el poder político. “Una de las más trágicas derivas (para las iglesias cristianas a lo largo de la historia) ha sido, después de las persecuciones, la colusión entre el poder imperial romano y la jerarquía eclesiástica, simbolizada y fortificada por la coronación de Carlomagno por el papa. Pero es preciso, tras enunciar esta constatación, continuarla con una importante precisión y es que, desde siempre, había habido antes, en el Imperio Romano y fuera de él, colusión y amalgama entre poderes religiosos y políticos. Han sido necesarios siglos e incesantes conflictos para que lo religioso y lo político acepten, al fin, distanciarse el uno del otro, equilibro inestable y que es preciso reajustar continuamente. (….) Los católicos debieran aceptar sin temor la posibilidad de que el minúsculo Estado pontificio un día sea borrado del mapa y que los nuncios desaparezcan como tales en las relaciones internacionales”.

 

 La Iglesia romana tiene tras de si un grande y hermoso pasado de escritos religiosos sublimes, innombrables iniciativas caritativas y múltiples obras de arte. Ha realizado una obra civilizadora grandiosa y mundial. Has dado a la humanidad legiones de santas y santos, canonizados o no, incansablemente dedicados al servicio del prójimo. Pero su gran debilidad ha consistido en convertirse en poder. Luego, en adelante, es preciso abandonar el poder, practicar la humildad para de nuevo convencer y darse estructuras más flexibles que en el pasado y, en consecuencia, susceptibles de evolucionar”.

 

El gran patinazo de “Humanae Vitae”. “En la actualidad resulta inconcebible e inaceptable que Pablo VI haya publicado la encíclica Humanae Vitae después de haber, autoritariamente, retirado el dossier de la contracepción de las deliberaciones del concilio Vaticano II. Pues, ¿para qué, en tales condiciones, convocar un concilio ecuménico?. Además, muchos canonistas piensan hoy que esta encíclica, que ha vaciado las iglesias, no tiene validez pues no ha sido “recibida” por el pueblo cristiano. Además, ¿no es contrario al sentido común que las decisiones concernientes a la vida sexual de los fieles sean adoptadas por poderes eclesiásticos compuestos exclusivamente por celibatarios?”

 

Por unos responsables eclesiales electos y con duración temporal, gobernando en un “parlamento” mundial. “¿Es que los fieles, en el mundo de hoy, no deberían poder escoger sus representantes que constituirían una especie de parlamento mundial de la catolicidad?.(….) Ya lanzado en “plena anticipación futurista” Delumeau se pregunta porqué no “desear que los futuros responsables de la Iglesia católica, al más alto nivel, sean un día elegidos por un parlamento mundial de fieles para un mandato con duración precisada anteriormente?.¿En qué el mensaje de Cristo sería traicionado por tal práctica?”.

 

Sobre el celibato sacerdotal. “Hay una serie de reformas que ya son urgentes: dejar de imponer el celibato a los sacerdotes (lo que no impide en absoluto que haya fieles que, libremente, escojan el celibato para consagrarse enteramente a la Iglesia y a la oración) y valorizar el lugar de la mujer en la Iglesia”.

 

El papel de la mujer en la Iglesia. “Teniendo en cuenta la evolución reciente e inédita de nuestra civilización, el catolicismo, imperativamente, debe, al fin, dar a la mujer todo su lugar, en igualdad con el hombre, en el gobierno de una religión que se quiere universal y común a los dos sexos. El éxito de una nueva evangelización pasa, desde mi punto de vista, por la completa rehabilitación de la mujer en las iglesias cristianas. Por imperativos de mi alma y de mi conciencia, y antes del silencio que me impondrá pronto la muerte (Delumeau tiene 92 años, nota de JE), quiero lanzar un grito de alarma: para mí, la salvación y el porvenir del cristianismo pasan por la completa rehabilitación de la mujer”.

 

Por una relectura de Pablo. “Yo creo que en el pasado el catolicismo y, más aún, el protestantismo han sobrevalorado ciertos mensajes de San Pablo- personaje, ciertamente excepcional- en relación a lo que encontramos en los evangelios o en las Cartas que no son de él. Esto es cierto, particularmente, en lo que él escribe a propósito de la mujer. (…) Pablo, por otra parte, es el principal responsable de la lectura dramática que durante mucho tiempo se ha hecho del pecado original, lectura que daba valor histórico al texto del Génesis”. 

 

Donostia - San Sebastián, 20/10/15

 

Traducción y entradillas de Javier Elzo

 

(Publicado también en Religión Digital el 21/10/15)

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