martes, 13 de enero de 2015

Violencia y religión en el mundo. Dos textos excepcionales: de un filósofo musulmán y del Papa Francisco


Violencia y religión en el mundo. Dos textos excepcionales: de un filósofo musulmán y del Papa Francisco

13/01/15

El día de ayer leí dos documentos excepcionales. Cada uno tiene unas 8 páginas. Si les interesa la violencia en el mundo de hoy, no se los pierdan. Uno, escrito hace dos o tres meses, proviene de un filósofo musulmán y es una carta abierta al mundo musulmán. El otro es el discurso del Papa Francisco al cuerpo diplomático acreditado en la Santa Sede, pronunciado el día de ayer. Estoy ya trabajando en estos textos, particularmente en el del Papa, pero he querido sin tardar más subir a blog unos fragmentos de ambos discursos.

1). De la Carta abierta al mundo musulmán del filósofo musulmán Abdennour Bidar 

Tras la decapitación, entre otros, de Hervé Gourdel a manos de terroristas de los Soldados del Califato del denominado Estado Islámico en septiembre de 2014, Abdennour Bidar, filósofo musulmán, que sostiene el movimiento “Not in my nom”, redactó una “Carta abierta al mundo musulmán”. La ha recogido el blog del “L´Oratoire du Louvre”, una Iglesia cristiana protestante sita en el centro de Paris. La referencia del texto, en francés, es la siguiente. http://blog.oratoiredulouvre.fr/2014/10/tres-profonde-lettre-ouverte-au-monde-musulman-du-philosophe-musulman-abdennour-bidar/

A continuación presento un par de párrafos de la Carta que yo he traducido.

“Querido mundo musulmán:… te veo dando a luz un monstruo que se pretende denominar Estado islámico y al que algunos prefieren darle un nombre de demonio: DAESH. Pero lo peor es que te veo perderte - perder tu tiempo y tu honor – en el rechazo a reconocer que este monstruo ha nacido de ti mismo, de tus vagabundeos, de tus contradicciones, de tu descuartizamiento entre pasado y presente, de tu incapacidad demasiado tiempo prolongada a encontrar tu lugar en la civilización humana. (….). Las raíces del mal,… están en ti mismo, el monstruo ha salido de tu vientre del que surgirán otros monstruos, aún peores, mientras no admitas tu enfermedad, para atacar, al fin, esta raíz del mal. 

Incluso los intelectuales occidentales tienen dificultad para apercibirla: la mayoría, han olvidado hasta tal punto el poder de la religión – en bien y en mal, sobre la vida y sobre la muerte-, que me dicen, “no, el problema del mundo musulmán nos es el islam, tampoco la religión, sino la política, la historia, la economía etc.”. Ya no recuerdan en absoluto que la religión puede ser el corazón del reactor de una civilización humana. Y que el avenir de la humanidad dependerá mañana, no solamente de la resolución de la crisis financiera sino, de forma bastante más esencial, por la resolución de la crisis espiritual que atraviesa toda nuestra humanidad. ¿Sabremos reunirnos, todos nosotros, a escala planetaria, para afrontar este desafío fundamental?. La naturaleza espiritual del hombre tiene horror del vacío, y si no encuentra nada nuevo para llenarlo, lo hará mañana con religiones cada día más inadaptadas al tiempo presente que, como el Islam actualmente, se dedicarán entonces a producir monstruos”.


2. Del discurso del Papa Francisco al cuerpo diplomático pronunciado ayer, lunes 12 de Enero de 2015.  Se puede leer integro el discurso, en su versión oficial en castellano, en Loiola XXI en este enlace http://wp.me/p2LX6P-4k7.

“Desgraciadamente, Oriente Medio sufre otros conflictos, que se arrastran ya durante demasiado tiempo y cuyas manifestaciones son escalofriantes también a causa de la propagación del terrorismo de carácter fundamentalista en Siria e Irak. Este fenómeno es consecuencia de la cultura del descarte aplicada a Dios. De hecho, el fundamentalismo religioso, antes incluso de descartar a seres humanos perpetrando horrendas masacres, rechaza a Dios, relegándolo a mero pretexto ideológico. Ante esta injusta agresión, que afecta también a los cristianos y a otros grupos étnicos de la Región –los yazidíes, por ejemplo–, es necesaria una respuesta unánime que, en el marco del derecho internacional, impida que se propague la violencia, reestablezca la concordia y sane las profundas heridas que han provocado los incesantes conflictos. (…). A la vez que pido a la comunidad internacional que no sea indiferente ante esta situación, espero que los dirigentes religiosos, políticos e intelectuales, especialmente musulmanes, condenen cualquier interpretación fundamentalista y extremista de la religión, que pretenda justificar tales actos de violencia”

(….)

“Una clara demostración de que la cultura del encuentro es posible, la he experimentado durante mi visita a Albania, una nación llena de jóvenes, que son esperanza de futuro. A pesar de las heridas de su historia reciente, el país se caracteriza por «la convivencia pacífica y la colaboración entre los que pertenecen a diversas religiones», en un clima de respeto y confianza recíproca entre católicos, ortodoxos y musulmanes. Es un signo importante de que la fe sincera en Dios abre al otro, genera diálogo y contribuye al bien, mientras que la violencia nace siempre de una mistificación de la religión, tomada como pretexto para proyectos ideológicos que tienen como único objetivo el dominio del hombre sobre el hombre”.

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