domingo, 8 de junio de 2014

Monarquia o República. Por una consulta cada cambio de rey


Monarquía o República. Por una consulta cada cambio de rey

 
En diciembre de 2011 escribí, bajo ese mismo título, un artículo en un cotidiano de Gipuzkoa, en el que ya no me dejan escribir desde que publico cada tres semanas en “Noticias de Gipuzkoa”. Traslado aquí, algo ampliado, el texto que me publicaron entonces, con datos actualizados, en lo que al apoyo que recibe la monarquía se refiere. Añado unos párrafos, redactados el día de hoy, al final.
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En Europa, en la actualidad, hay 43 estados de los cuales en diez hay monarquía. Son estos: Bélgica, Dinamarca, España, Países Bajos, Noruega, Suecia, Reino Unido, Luxemburgo, Mónaco y Liechtenstein. Algunos añaden dos más, Andorra y el Vaticano pero se diferencian de los diez primeros, y la diferencia es de talla, en que en estos dos últimos, los “monarcas”, los co-príncipes en Andorra y el Papa en el Vaticano no son hereditarios.

En estos momentos en España a cuenta de los “asuntos” de Iñaki Urdangarín, yerno del Rey, (y en 2014 con la posible imputación de la Infanta Cristina) el tema adquiere notoriedad y relevancia. Pero el tema de fondo es otro: en los tiempos en los que el auténtico soberano (al menos sobre el papel), es el pueblo, ¿cómo legitimar una monarquía hereditaria, aín bajo la fórmula, como en España, de monarquía constitucional?. Es evidente que, de entrada, parece un anacronismo y la república más acorde a los tiempos actuales con los mecanismos de representación que, precisamente, la soberanía popular determine.

Pero llama la atención la lista de estados europeos con monarquía. Son países de raigambre democrática y, en la actualidad, pienso en los nórdicos por ejemplo, en la punta de la modernidad y, para muchos, modelos de bienestar social. Son monarquías con escasa capacidad decisoria pero con gran apoyo popular. ¿La tiene la monarquía española?. Sí, aunque perdiéndola en los últimos años.

En el Barómetro del CIS de Octubre de 2011 (recuérdese que publiqué el artículo en diciembre de ese año) el 34 % de los españoles tiene una confianza notable (entre los puntos 7 al 10, luego más que aprobado) en la monarquía. Esta cifra desciende, entre los jóvenes de 18 a 24 años, al 25% y aumenta, entre los mayores de 65 años, al 46%. Por otra parte, el 36 % de votantes al PSOE manifiestan ese alto nivel de confianza en la monarquía, cifra que llega al 50% entre los del PP, pero baja al 16% entre los votantes a CIU y se queda en un raquítico 7% entre los que votan a IU. El tamaño de esta muestra no da para datos segmentados de los partidos de ámbito vasco, pero los sabemos, por otras encuestas, similares o más bajos que en Catalunya.

(Según el barómetro del CIS de abril de 2014 el grado de confianza que recibía la Monarquía en una escala de cero, nula confianza, a 10, máxima era de de 3,72. Luego suspenso sin paliativos. En dos años y medio ha pasado del notable al suspenso.)

Lo de Euskadi y Catalunya se explica pues, a favor de las monarquías, también la española, se arguye su capacidad para cohesionar y aunar un Estado haciendo de él una sola nación. Justamente lo que chirría en Euskadi y Catalunya. A contrario, la derecha española, y que hace bandera de su españolidad, es la más monárquica.

La gente adulta recuerda el positivo papel del Rey Juan Carlos en la transición y en el frustrado golpe de estado del año 1981. Los jóvenes no tienen esa memoria histórica.

Pensando en el Príncipe Felipe, como posible Rey de España, apostaría por un referendum donde se dirimiera si la ciudadanía se inclina por la monarquía constitucional u opta por el modelo republicano. También en este punto, a mi juicio, hay que reformar la actual Constitución Española.
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Añadido el día de hoy
 
El 3 de junio pasado, Juanjo Álvarez, publicaba en “Noticias de Gipuzkoa” un artículo titulado “Monarquía y Democracia”. En el texto se podía leer, entre otras reflexiones, siempre interesantes en Juanjo, lo que sigue: “Hay una anécdota, real, no demasiado conocida: el rey consultó a Peces Barba sobre la oportunidad de lograr una legitimidad democrática mayor a través de un referéndum especifico por el cual se sometiera a los ciudadanos la cuestión, clave, del sistema constitucional -república o monarquía parlamentaria-. En el fondo se sentía desprovisto de fundamento democrático para acceder a su mandato como rey. La respuesta que le dio Peces Barba no tiene desperdicio. Vino a decirle que probablemente ese referéndum, caso de celebrarse, se ganaría, porque la gente votaría de forma inercial a favor de lo que se le propusiera, con tal de superar los oscuros tiempos del franquismo, pero que la materialización de tal consulta sentaría un peligroso precedente cara al futuro en el que cabría, años más tarde, reivindicar una nuevo referéndum para cuestionarse la propia continuidad de la monarquía”.

Parece que casi 40 años después la posición de los españoles no ha variado sustancialmente. En el diario “El País” del día de hoy leemos que en según una encuesta de Metroscopia “un 49% de los consultados se inclina por el nuevo rey, frente a un 36% que prefiere una república presidida por alguna de las figuras políticas actuales. Un 62% manifiesta que le gustaría que “en algún momento” se hiciera una consulta sobre la Monarquía”.

¿En qué momento habría que hacer tal consulta?. Dándole vueltas creo que el momento idóneo debe ser cuando haya cambio de rey. Cada vez que haya cambio de rey. También me parece razonable poner un límite a la duración de un reinado: 20 o 25 años y en todo caso no sobrepasar de los 70, salvo voto explicito del Parlamento y el Senado, al fin convertido, en un Senado de las autonomías. Todo ello sin perjuicio de los derechos históricos de vascos y catalanes. De ahí el párrafo siguiente.

En el fondo no he cambiado de opinión desde diciembre de 2011. La monarquía es una antigualla. Pero, personalmente, hoy, me preocupa más la configuración del Estado (nación de naciones, soberanías compartidas, autonomías asimétricas, etc., etc.). Lo que hemos visto estos años de democracia es que ni el PP ni el PSOE están por la labor. Tampoco lo estuvo el Rey Juan Carlos. El Tribunal Constitucional, al rechazar el Plan Ibarretxe sentenció que la soberanía reside exclusivamente en el Parlamente Español. Lo que es falso, pues España ya ha renunciado a soberanía, capacidad de decisión o derecho de autodeterminación a favor de la Unión Europea. ¿Qué hará el Felipe cuando sea rey?. La historia no es mi fuerte pero años ha los reyes juraban los Fueros Vascos. Era lo que se llamaba el pacto con la Corona. Quizás sea agarrarse a un clavo ardiendo, dirán Uds. Me temo que con razón. Pronto saldremos de dudas.  

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