“13TV”, el Gran Wyoming y amigos catalanes
El sábado 2 de noviembre publiqué en mi columna
habitual de “El Diario Vasco” el artículo titulado “13TV” y el Gran Wyoming. Esa noche
mantuve un intercambio vía email con un amigo periodista. En mi artículo hago
referencia a un texto de mis amigos catalanes titulado “13TV o la destrucción
del diálogo”. En esta entrada pueden leer
1º. Mi artículo en DV (El Diario Vasco”), obviamente bajo pago
2º. El breve intercambio epistolar con mi amigo periodista
3º y lo mas importante, el texto completo, con sus firmas, de mis
amigos catalanes
1º
Mi artículo en DV : “13TV” y el Gran Wyoming
"Unos amigos catalanes me mandan un texto, que suscribo en su
integridad, titulado “13TV o la destrucción del diálogo”. Entre otras cosas se
puede leer esto: “La búsqueda de la audiencia a través de la confrontación, del
insulto, de la violencia verbal, de la palabra hiriente y soez, no puede, en
ningún caso justificarse, menos aún si se trata de una cadena que sostiene, en
gran parte, la
Conferencia Episcopal Española y que debería ser, por ello
mismo, ejemplo de pacificación, de diálogo y de búsqueda de la convivencia
armónica entre todos los ciudadanos. En la entrevista del Papa a la Civiltà Cattolica , afirma: “Veo con claridad que
lo que la Iglesia
necesita con mayor urgencia hoy es una capacidad para curar heridas y dar calor
a los corazones de los fieles”.
Mirando los programas de TV de la
noche del martes pasado leo este titular anunciando el del Gran Wyoming: “La
religión va a ser el alfa y el omega de la educación”. Y en el explicativo, “lo
que dicen los obispos ya no va a misa, va al Senado. Las palabras de Martínez
Camino quejándose de la no obligatoriedad de la asignatura de religión en
educación infantil y bachillerato han calado en el Gobierno. Dani ‘San’ Mateo
explica cómo será el bachillerato si el PP sigue haciendo lo que le pide la Conferencia Episcopal ”.
Picado por la curiosidad veo el programa y, visionando después el video en
Internet, anoto lo que sigue.
Ejemplo de una pregunta de examen. “Tienes un litro de agua. Conviértelo en
un litro de vino”. Tras señalar que las raíces cuadradas son obra de Satán,
como ejemplo de lo que serán los ejercicios en las nuevas matemáticas de los
Obispos, nos muestran este: “Si Jesucristo sale del Mar Muerto caminado sobre
las olas a una velocidad de 5
Km/h y David Meca sale del Maremagnum de Barcelona
nadando a 10 Km/h ,
¿en qué punto del Mediterráneo se encontrarán?”.
Se pregunta Dani Mateo cómo será la asignatura de economía si mandan los
Obispos en la enseñanza. El Gran Wyoming le interrumpe para exclamar, “De eso
podemos aprender mucho de los obispos. Son maestros del ahorro. La última vez
que pagaron el IBI fue por el inmueble del portal de Belén”.
Mis amigos catalanes, en el texto arriba señalado también escriben que
“España no se merece esto. El diálogo –con pasión, convicción y sinceridad,
pero con honestidad y argumentos- es una de las pocas esperanzas de construir
un mundo más justo y pacífico”. Pero ese diálogo es imposible mientras sigan en
pie las dos Españas que nos muestran “13TV” y el Gran Wyoming" (JE).
Un buen amigo periodista me escribe un
email diciendo que “creo que a tu articulo le falta un dato importante: el
programa de Wyoming, con más o menos acierto, es de humor; los informativos del
canal de los obispos van en serio, y además dan la imagen de que la Iglesia es una cuadrilla
de ultras”. Le contesto: “Si, pero un programa de humor contra el PP, los empresarios
y la Iglesia. Nunca
contra los de sus ideas, como fue "Vaya semanita" en ETB. Por eso
Wyoming no es un mero programa de humor. Tiene tanta ideología como 13 Tv. Eso
sí, disfrazada de humor”
3º El texto completo de mis amigos
catalanes y quienes lo firman. Repito que con mi acuerdo total.
13TV o la destrucción del diálogo
El diálogo es la máxima
expresión del encuentro humano, la más madura de sus manifestaciones y es el
mecanismo para resolver las profundas diferencias y tensiones que tan a menudo
surgen en la comunidad humana. La voluntad de pacificar es una exigencia que
emana del Sermón de la montaña: “Bienaventurados los pacíficos porque ellos
serán llamados hijos de Dios” (Mt 5, 9), y sintonía con una esperanza universal
de todos los tiempos.
A lo largo de su magisterio
pontificio, el Papa Francisco, ha hecho hincapié en el valor del diálogo como
mecanismo de comprensión y de resolución de los problemas sociales y políticos
que nos atenazan. A su juicio, el diálogo es el único camino para poder
establecer puentes de pacificación entre colectivos alejados, entre pueblos
separados por razones históricas. Frente al autoritarismo, frente a la
intransigencia y a la coacción, el Obispo de Roma defiende el valor del
diálogo.
En
el diálogo, el otro es considerado como un interlocutor válido. No es una
persona a conquistar, ni un enemigo dialéctico a quien derrotar; es alguien que
puede aportar ideas, un sujeto que contribuye, con su palabra, a esbozar el
camino de pacificación. A su juicio, los graves problemas que sufre nuestra
sociedad no se resuelven con la indiferencia egoísta, pero tampoco con la
protesta violenta o la mentira. El diálogo es el antídoto a cualquier forma de
violencia y el único modo de hallar soluciones a los problemas que afectan al
conjunto de nuestra sociedad y el modo democrático de fortalecer la
convivencia.
En
el diálogo, tal como lo concibe el Papa Francisco, el otro no es un sujeto
pasivo, ni un receptáculo de mis ideas y opiniones; es un sujeto activo. Para
acercarse al otro y reconocerle como un interlocutor válido, dotado de dignidad
y merecedor de respeto, es fundamental superar los prejuicios y las
precomprensiones negativas que se tienen del otro, pues sólo, de esta manera,
se puede establecer un diálogo fluido entre ambos. Para dialogar, es necesario
saber atender y comprender al otro en sus puntos de vista.
En
el discurso del Santo Padre Francisco a un grupo de visitantes japoneses,
estudiantes y profesores de un colegio de enseñanza media, se pregunta: “¿Cuál
es la actitud más profunda que debemos tener para dialogar y no pelear? La
mansedumbre, la capacidad de encontrar a las personas, de encontrar las
culturas, con paz; la capacidad de hacer preguntas inteligentes: «¿Por qué tú
piensas así? ¿Por qué esta cultura hace así?». Escuchar a los demás y luego
hablar. Primero escuchar, luego hablar. Todo esto es mansedumbre. Y si
tú no piensas como yo —pero sabes… yo pienso de otra manera, tú no me
convences—, somos igualmente amigos, yo escuché como piensas tú y tú escuchaste
como pienso yo”.
Siguiendo las condiciones del
diálogo que elabora Pablo VI en Ecclesiam
suam, el Papa Francisco subraya la mansedumbre como condición necesaria
para llevarlo a cabo. La mansedumbre, virtud capital, predispone a la escucha y
al interés por el otro interlocutor, apacigua la reacción espontánea emocional
y facilita el encuentro entre ambos interlocutores independientemente del grado
de afinidad ideológica que tengan. La escucha es la condición de posibilidad
del diálogo, del entendimiento y de la comprensión entre personas, culturas y
religiones.
Los debates políticos y
sociales que tienen lugar en determinados programas actuales se ubican a las
antípodas de esta filosofía. El insulto, la descalificación personal, la
utilización de la falacia y de la demagogia, la reiteración hasta el extremo de
tópicos y de prejuicios, la mentira reiterada, la vejación y la humillación de
colectivos enteros, la violencia verbal y la mala educación son las actitudes
que reinan en estos programas –y, tristemente, contribuyen a su audiencia-.
Este tipo de programas no sólo
escandalizan a cristianos, también a agnósticos y ateos, a ciudadanos de buena
voluntad que se quedan perplejos frente a la intoxicación mediática que generan
este tipo de productos audiovisuales. Generan indignación, activan emociones
gravemente tóxicas en el cuerpo social y atizan la confrontación y la
animadversión entre colectivos.
Es especialmente doloroso y
difícilmente comprensible que algunos programas de ese tipo tengan acogida en
los medios de comunicación cuya participación mayoritaria pertenece a la Conferencia Episcopal
Española. Este hecho no puede dejarnos indiferentes. Como cristianos laicos,
comprometidos activamente en la vida eclesial
y plenamente conscientes de la misión que tenemos en el mundo y en la Iglesia , consideramos que
este tipo de programas entran colisión frontal con la voluntad de pacificar y
de tender puentes que derivan de la ética del Evangelio y del talante y de los
discursos del Papa Francisco. España no se merece esto. El diálogo –con pasión,
convicción y sinceridad, pero con honestidad y argumentos- es una de las pocas
esperanzas de construir un mundo más justo y pacífico.
La búsqueda de la audiencia a
través de la confrontación, del insulto, de la violencia verbal, de la palabra
hiriente y soez, no puede, en ningún caso justificarse, menos aún si se trata
de una cadena que sostiene, en gran parte la Conferencia Episcopal
Española y que debería ser, por ello mismo, ejemplo de pacificación, de diálogo
y de búsqueda de la convivencia armónica entre todos los ciudadanos. En la
entrevista del Papa a la
Civiltà Cattolica ,
afirma: “Veo con claridad que lo que la Iglesia necesita con mayor urgencia hoy es una
capacidad para curar heridas y dar calor a los corazones de los fieles”.
La libertad de opinión y de
expresión es una condición sine qua non
de la vida democrática y de las sociedades abiertas, también lo es de la
práctica del diálogo, pero tal libertad no puede entrar en conflicto con
virtudes esenciales para desarrollar esta noble actividad humana como la
humildad, la mansedumbre, la afabilidad, la veracidad y la honestidad
intelectual.
Ante esta situación nos sentimos
consternados por el deterioro que sufre la credibilidad de la Iglesia ante nuestra
sociedad por estos testimonios que son malos ejemplos de virtudes que como
cristianos hemos de practicar. Por ello, desde nuestro profundo sentimiento de
pertenencia eclesial consideramos que la Conferencia Episcopal
Española debe indicar que se revisen los contenidos de algunos programas de
13TV para que ellos sean coherentes con el testimonio veraz y efectivo de la
fe.
Josep Maria Carbonell, Presidente de la Fundació Joan
Maragall
Josep Maria Cullell, Decano del Colegio de Auditores del
Vaticano
Eugeni Gay, Ex Vicepresidente emérito del Tribunal
Constitucional
David Jou, Catedrático de Física de la Universidad Autónoma
de Barcelona
Jordi López Camps, Exdirector General de Asuntos Religiosos
de la Generalitat
Josep Miró i Ardèvol, Miembro del Pontificio Consejo de los
Laicos
Francesc Torralba, Consultor del Pontificio Consejo de la Cultura
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