domingo, 25 de agosto de 2013

Merkel en Dachau


Merkel en Dachau

El impagable Joan de Sagarra consagra su página dominical a la visita de Merkel a Dachau el miércoles pasado donde depositó una corona de flores (En La Vanguardia 25/08/2013, en Internet previo pago). Su reflexión es crítica: alaba que sea la primera Canciller que se haya dignado ir a Dachau pero critica que lo haya hecho en plena campaña electoral y, sobretodo, que tres horas después de la visita a Dachau (que está en las afueras de Munich) fuera a una cervecería de la capital bávara a echar un discurso electoral. Joan de Sagarra recuerda que fue en una cervecería muniquesa donde Hitler hizo sus primeras armas. Lo que no quiere decir que nunca jamás, nadie, deba beber una deliciosa cerveza en las preciosas cervecerías muniquesas. Yo lo he hecho con sumo placer. Pero un canciller, la primera que visita Dachau, lo repito, no puede hacerlo por la mañana y pasearse por las cervecerías mitineando por la tarde.

Por cierto Joan de Sagarra refiere en su página que Ratzingen en los cinco años que fue Arzobispo en Munich nunca visitó Dachau, ni siquiera sabiendo que, de los 200.000 recluidos que pasaron Dachau (de los que murieron 30.000), 2.500  eran sacerdotes, religioso o seminaristas católicos, de los que la mitad murieron. Josef Ratzinger que se me hace ya entrañable con su edad, con su sencillez (a pesar de las vestimentas que llevaba siendo Papa, que tienen otra lectura) y, -¿cómo decirlo?- su liberación del intransigentismo doctrinario que le ató tantos años, sin embargo, como a tanta jerarquía, alemana y no solamente alemana, le faltó una actitud más contundente con nazismo alemán. Particularmente en la forma como trato a los judíos, sin olvidara a los gitanos, homosexuales, discapacitados y disidentes políticos. En sus inicios, en su apogeo y cuando ya había sido militarmente derrotado el nazismo, salvo figuras concretas, católicos de a pie, curas, religiosos y algunos (pocos) obispos, la actitud de la jerarquía alemana en particular y de la universal en general, la representada por Roma, tiene  en su balanza bastantes más “debes” que “haberes”. Es una página negra de la Iglesia Católica.    

25/08/13. Javier Elzo

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