miércoles, 19 de junio de 2013

El Informe imposible: hechos e interpretaciones


El Informe imposible: hechos e interpretaciones
 

Mi amigo José Luis Zubizarreta, en el artículo “Limpia y serena”  de El Diario Vasco (16/06/13), acaba su ponderado, al par que crítico texto, del Informe-base de vulneraciones de derechos humanos en el caso vasco (1960-2013), presentado el viernes 14 de Junio de 2013, con estas palabras: “Y, si desde la perspectiva de las víctimas el informe puede calificarse de impecable, desde el punto de vista de la ciudadanía en su conjunto resulta, en mi opinión, falto de la valentía interpretativa que cabría esperar de un producto encargado por una institución democrática”.

Algunas víctimas, particularmente las más publicitadas, no comparten, en absoluto su opinión, en lo que a la perspectiva de las víctimas se refiere. Bastaba ver algunas “tertulias” del viernes en el que se presentó el Informe. Según informa Europa Press (18/06/13) “el colectivo de víctimas del terrorismo del País Vasco Covite ha recordado al lehendakari, Iñigo Urkullu, que las víctimas de ETA no son "cifras", sino "personas inocentes con historias que en unos casos los terroristas alteraron de forma brutal". Y le pide que le detalle con nombres y apellidos todos los que aparecen en el Informe, pues es "imprescindible matizar quiénes forman parte de ese informe y por qué". "Para poder hacer un estudio exhaustivo del informe, de nada sirven cifras aisladas".

Respecto del punto de vista de la ciudadanía, mi pregunta es si es razonable pedir a un Informe-Base solicitado por el Gobierno Vasco una interpretación de unos hechos tan próximos en el tiempo. Creo que no. Creo que, precisamente porque es un Informe solicitado por el Gobierno vasco, es preferible asentar bien los hechos, antes de adentrarse en interpretaciones de los mismos. Interpretaciones que no pocos llevamos dando, públicamente, desde hace muchos años, entre otros, los redactores del Informe así como miembros del gobierno, comenzando por el propio Lehendakari.

Interpretaciones que los medios, lógicamente, han expresado a tenor de su propia lectura de la realidad vasca y que este Informe, me temo, no les ha movido un ápice.

El titular de Gara (15/06/13) es muy expresivo: “datos abrumadores que desmontan falsas premisas” siendo la principal, según el editorialista, que el elevado número de detenciones demuestra la existencia de un conflicto político. Nada nuevo. Para la izquierda abertzale, la violencia de ETA ha sido siempre la respuesta a una violencia anterior, la estructural de los estados francés y español que oprimen al pueblo vasco. Pero nunca se preguntarán si la existencia de ETA y sus 837 muertes, ha resuelto en algo el “conflicto político vasco”, por utilizar su terminología.

El editorial de “El Diario Vasco” (15/06/15), bajo el título de “Informe precipitado”, subtitula que “las víctimas de la violencia no pueden acabar desnudas y condenadas al anonimato en una fría estadística”. Claro que no. Pero es que, desde hace muchos años, no es así. Como poco, desde que se formó la Oficina de Atención a las Victimas del Terrorismo, precisamente desde la Lehendakaritza y cuya primera responsable fue Marixabel Lasa, nombrada por Ibarretxe y confirmada después por López. En muchas ocasiones he escrito que hasta que ETA asesinara a Gregorio Ordóñez las victimas del terrorismo de ETA no adquirieron el reconocimiento mediático y político exigible, salvo en contadas minorías sociales. En Euskadi y en España.

Algunas personas escriben que el Informe diluye el terrorismo de ETA entre las violencia habidas en Euskadi. Pero tampoco es cierto. El Informe diferencia y cuantifica nítidamente que en su mayoría (837) son asesinatos perpetrados por ETA, 94 los llevados a cabo por la violencia de las Fuerzas de Seguridad del Estado (FSE) y 73 asesinatos de grupos parapoliciales y extrema derecha.

Es muy probable que algunas de estas cifras, con sus desgloses correspondientes, hay que retocarlos. Nadie debiera extrañarse por ello. En el libro redactado bajo la dirección editorial de Francisco Espinosa Maestre titulado “Violencia roja y azul. España 1936-1950” (Ed. Critica. 2010), luego sesenta años después de los hechos, se ofrece, en la página 78, un cuadro, por comunidades autónomas, con el resultado de 130.199 personas que padecieron la represión franquista y 49.272 la represión republicana. Soy plenamente consciente que trayendo este ejemplo algunos dirán que el terrorismo de la ETA y las “otras” violencias que hemos padecido en Euskadi desde 1960, no son equiparables a las de la retaguardia de la guerra civil (pues el libro de Espinosa no cifra los muertos en combate) y las del franquismo tras el 39. Ciertamente, en Euskadi no estábamos en una guerra civil. Pero, con esa mencion, quiero significar, de entrada, la importancia y la dificultad de la estadística. Ya es esfuerzo meritorio del Informe-Base solicitado por el Gobierno Vasco haberlo intentado y ofrecido a la consideración y criticas públicas. Que las hay (ya en Gara) y las habrá. Bien venidas sean para clarificar lo más y mejor posible la realidad de los hechos violentos, en su singularidad propia.

Otra cosa es la interpretación. La mía la he dado en diferentes ocasiones. Traslado aquí lo esencial de una intervención mía de hace quince años: “La violencia de intencionalidad política y la violencia terrorista no son la consecuencia ineludible de una situación objetiva de injusticia social y nacional (…) sino la consecuencia inducida por una determinada lectura de esa situación social y nacional, propiciada por el MLNV, que se ha propuesto unos objetivos que, admitidos en su totalidad solamente por una minoría de la población vasca, se ven impelidos al uso de la violencia ante la imposibilidad manifiesta de alcanzarlos por las vías democráticas. La violencia de intencionalidad política no se justifica desde los objetivos nacionalistas e independentistas propugnados en los documentos y en los alegatos del MLNV. Otros partidos políticos en el País Vasco también tienen objetivos nacionalistas e independentistas. Son el Partido Nacionalista Vasco y Eusko Alkartasuna que triplican en número de votos los que obtiene Herri Batasuna. La especificidad de este último es la conjunción de sus objetivos nacionalistas y el modelo de sociedad proyectado lo que hace que el objetivo total sea minoritariamente sostenido, no solamente  por el conjunto de la sociedad vasca, sino también por los vascos que defienden posturas nacionalistas” (En “The Problem of violence in the Basque Country”  (pág 203-210) en “ Violence: From Biology to Society” J.S. Grisolía et al., editors. Elseviers Science, B.V.Amsterdam 1.997, 287 páginas.).  El lector interesado puede encontrar en este mismo blog una mayor explicitación de mis planteamientos sobre este tema, por ejemplo consultando en el tema de “la cuestión vasca” mi texto titulado “Notas por la reconciliación de los vascos”.

 
Los ciudadanos vascos hace tiempo que han hecho la interpretación de lo que ha sucedido en Euskadi. Claro que cada uno a su manera y desde sus presupuestos. De ahí la existencia de los relatos múltiples de los mismo hechos. De ahí la enorme dificultad - imposibilidad diría- de alcanzar una “Memoria Única”. A lo sumo, en un primer tiempo, podemos pretender llegar a una “Memoria Compartida”, siguiendo la reflexión de Jordi Ibañez. Sería también importante que no olvidáramos los trabajos de Todorov sobre “los abusos de la memoria” y la importante distinción de Ricoeur en su último trabajo “Memoire, l´histoire, l´oublie” sobre la “memoria impedida”, la “memoria manipulada” y la “memoria obligada”, la memoria que busca la justicia, memoria a la que debiéramos tender. Estoy absolutamente seguro que es a esta última memoria, “la memoria obligada” a la que se apela, con razón, cuando se dice que no podemos dejar que el terrorismo etarra (y su mundo) construya su relato de lo sucedido, olvidando, dejando en sordina o diluyendo la verdad de sus crímenes. Pero para que este relato no se imponga en la ciudadanía vasca (que no se impondrá, porque aquí, en Euskadi, nos conocemos todos), en mi modesta y personal opinión es preciso comenzar por la fría estadística de lo sucedido. De todos los hechos violetos sucedidos. Juntos pero no revueltos. Que es lo que supone, la gran aportación del Informe Base.

Siguiendo con mi personal visión del momento en el que nos encontramos considero que sería muy importante que el Instituto o Centro de la Memoria, cuando se constituya, entre sus primeros trabajos incluya la recogida del mayor número posible de “historias de vida”, directamente de las personas que han padecido la violencia o de alguno de sus familiares hayan sido víctimas de la misma. Pero también sería extremadamente importante que este Centro recogiera las “historias de vida” de personas que han ejercido la violencia. Es sabido que uno de los textos capitales para aprehender, desde dentro, el horror nazi son las memorias del comandante del campo de concentración Rudolf Hoess, titulado “Yo, comandante de Auschwitz”, que cuenta, en la edición española, con un prólogo de Primo Levi. (Ediciones B, Barcelona 2009)

Leía el día pasado en un entrevista realizada a Jonan Fernández que “ponerse de acuerdo sobre las causas del conflicto es tarea imposible y hay que aceptarlo. Cada tradición política tiene derecho a hacer su análisis de las causas, pero pretender que las cuatro familias de este país, se pongan de acuerdo en cuales han sido las causas es tarea imposible” (en Noticias de Gipuzkoa 16/06/13). Y tanto que es imposible. Seria bueno que revisáramos, la lectura que la ciudadanía española sigue haciendo de las “causas” de la guerra civil española, lo que se refleja muy bien en la forma como se aborda en los diferentes medios de comunicación, en los tertulianos y, no digamos, en los evacuatorios de resentidos anónimos que facilita los nuevas tecnologías. Pero esta diferente lectura de las causas de la guerra civil española todavía sigue latente en la historiografía, incluso universitaria, aunque, setenta años después parece que la “memoria justa” se va imponiendo. Basta asomarse a algunos libros que se han publicado este mismo año 2013 para comprobarlo. Cito los que están en mis actuales lecturas, alguna ya concluida: Ángel Viñas et alíi,  “Los mitos del 18 de julio”. Critica 2013; Julián Casanova. “España partida en dos”. Planeta 2013 y Julián Marías. “La guerra civil, ¿cómo pudo ocurrir” (Prologo de Juan Pablo Fusi). Editorial Fórcola, 2012 (texto original de 1980). La lectura de los dos primeros me obliga a volver a Payne y Preston, cuando saque tiempo para ello. Por mi personal interés en el tema señalo también dos libros sobre la cuestión religiosa y la guerra civil: el de Hilari Raguer: “La pólvora y el incienso: la Iglesia y la guerra civil española (1936-39”), Barcelona, Península, 2001 (que también participa en el libro de Viñas et alíi, arriba citado)  y el de Vicente Carcel Orti: “La persecución religiosa en España durante la Segunda República (1931-1939)” Ed. Rialp (1999), de bien distintas lecturas, lo que me obliga a volver, esta vez, a Álvarez Bolado.

Quiero concluir esta nota señalando que los autores del Informe (Manuela Carmona, Jon Mirena Landa, Ramón Múgica y Juan María Uriarte) son personas competentes, de talante moderado y con opciones políticas diversas, personas habituadas al diálogo social y lejos de posiciones extremas del abanico político vasco. Si estas personas han recibido una acogida tan crítica en la mayoría de las editoriales y artículos publicados en los medios de comunicación de ámbito vasco, me temo que en Euskadi se va a reproducir, durante decenios, respecto de ETA y las violencias que en su entorno se han generado, lo que ha sucedido con la rebelión franquista y la guerra civil que, setenta años después, sigue suscitando tantas controversias interpretativas. En la ciudadanía y, aunque en menor medida, también en la historiografía.

Cuadro Resumen del Informe

 

 

Cuadro resumen de conculcaciones de derechos humanos
1960-1975
1 9 7 6 - 1 978
1979-1982
1983-2013
1960 a 2013
Cómputo total
Por ETA, ETA(pm), ETA(m), ETA VII, ETA VIII, CCAA, DRIL, IK, Iraultza y otros
Personas muertas
837
 En atentados
24
99
244
444
811
 Secuestradas y muertas
-
2
8
5
15
Desaparecidas aún
3
-
-
-
3
Aparecidos sus cadáveres
2
-
-
-
2
Por kale borroka
-
-
-
2
2
Otros
1
1
-
2
4
Personas heridas
2.365-2.600
En atentados
103
132
347
1597
2179
Secuestradas y tiro(s) en la pierna
-
3
12
-
15
Secuestradas y luego liberadas
3
6
18
14
41
 Secuestradas y liberadas por las FSE
-
-
2
4
6
Secuestradas para robar vehículo
?
8
44
45
97
Por kale borroka
27
Otros datos
Número de atentados
Alrededor de 3.600
Personas extorsionadas económicamente
Miles de personas
Personas con guardaespaldas
1.500 a 2.000
Número de actos de kale borroka
4.500 aprox.
Por las Fuerzas de Seguridad
Personas muertas
94
 Bajo custodia policial
3
-
3
3
9
En controles policiales o similares
9
5
6
-
20
Confusiones, errores, abusos u otros
7
3
5
2
17
Altercados de policías fuera de servicio
1
4
7
4
16
En manifestaciones y movilizaciones
4
18
3
5
30
 Por la pena capital
2
2
Personas heridas
746
 En controles policiales
6
15
17
9
47
Confusiones, errores, abusos u otros
3
14
7
16
40
Altercados de policías fuera de servicio
1
4
4
9
18
Heridas graves en manifestaciones
71
351
40
179
641
Otros datos
 Tortura
Sin datos suficientes, 5.500 denuncias públicas
Por parapoliciales y de extrema derecha
Personas muertas
73
En atentados y agresiones
2
3
28
28
61
En movilizaciones
-
3
-
-
3
Tras sufrir secuestro
-
-
2
2
4
Desaparecidas aún hoy
-
1
1
1
3
Mujeres violadas y muertas
-
-
2
-
2
Personas heridas
426
En atentados o agresiones
16
87
119
101
323
En manifestaciones y movilizaciones
?
22
8
2
32
Mujeres violadas
-
?
12
1
13
Personas secuestradas
(Interrogadas, golpeadas y amenazadas)
3
6
12
37
58
Otros datos
 Atentados contra bienes y/o con amenazas de muerte
138
217
204
394
953

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