jueves, 28 de junio de 2012

Un paso detrás


Leo Zenit habitualmente. Acabo de recibir en mi correo el de este jueves. Me entero que Benedicto XVI es un apasionado del deporte y que, dentro de un rato, verá el partido Alemania Italia. Cito textualmente Zenit: “Benedicto XVI ve la televisión con su secretario particular, el padre Georg Gaenswein, gran deportista que practica esquí y tenis. Los dos siguen los eventos deportivos en el Palacio Apostólico, donde el papa a las 20 horas cada tarde suele seguir el telediario. El padre Georg se sitúa en una silla, un paso detrás del papa. En torno a ellos las Memores Domini, las laicas consagradas que asisten al santo padre”. Un paso detrás. ¡Qué cosas, por Dios!

domingo, 24 de junio de 2012

Halagüeño futuro para el nacionalismo vasco (según encuesta del DV)




La encuesta de intención de voto al Parlamento Vasco que publica el día de hoy “El Diario Vasco” (supongo que también “El Correo”) más allá del titular del periódico que muestra, justamente, que “el PNV ganaría con holgura a EHBildu en un parlamento de mayoría nacionalista” permite avanzar en algunas notas de futuro.

Según la encuesta hoy presentada, 23 de los 75 escaños del Parlamento Vasco están por decidir y, aunque se puede conjeturar el color más probable de esos escaños, habrá que esperar al día de las elecciones para salir de dudas. Pero, según la encuesta, cabe avanzar con bastante seguridad un futuro halagüeño al nacionalismo vasco. Por estos dos datos que leo en los gráficos de la página 36 del DV.

En primer lugar constato que las personas de menos de 44 años, prefieren un gobierno PNV+EHB que un gobierno PNV+PSE, siendo las otra alternativas claramente minoritarias (la última la del PSE-PP, como en 2009, lo que explica en gran parte el auge de los partidos nacionalistas, pero no quiero entretenerme en esto)

En segundo lugar, la opción PNV-PSE frente a la de PNV-EHB es preferida por las personas (los votantes) de clase social baja o medio/baja, mientras que los votantes de clase media alta y alta, se decantan claramente por la opción PNV-EHB  en detrimento de la opción PNV-PSE.

Si los más jóvenes y los de las clases sociales más altas (dos variables que, “a priori” se contraponen) van al unísono, prefiriendo la solución nacionalista (PNV + EHBildu) frente a la trasversal clásica de PNV-PSE, no hay duda posible: el futuro del País Vasco es nacionalista. Claro que queda una incógnita por resolver: ¿será el nacionalismo institucional del PNV o el anarco-rupturista de EHBildu?.La encuesta de hoy de Vocento se inclina por la primera opción pero habría que tener más datos y ver cómo evolucionan las cosas. Otro día quizás.

martes, 19 de junio de 2012

Unas reflexiones sobre el perdón, después de ETA



(Estas notas proceden de varios artículos breves, retocados y refundidos, que publiqué en “El Diario Vasco” estos  meses pasados, y forman parte de un texto más amplio que publicará DeustoForum como Actas del Encuentro - Seminario de 8 de Junio de 2012 bajo el título de “La Justicia para la convivencia”)


Abordaré esquemáticamente tres cuestiones: pedir perdón, el acto de perdonar y el dilema entre la piedad y el rigor, sin olvidar la necesidad de saldar las deudas.

1. Pedir perdón

El General Paul Aussaresses, fue responsable del servicio de información durante la guerra de Argelia entre los años 1955 y 1957. El año 2001, luego 44 después de la finalización de la guerra, publicó el libro “Servicios especiales: Argelia 1955-1957”(Editions Perrin, 2001), en el que reivindica las torturas practicadas bajo sus órdenes, sin remordimiento alguno. Escribió: “todo lo que hice era conforme a la deontología de todo militar en condiciones de guerra”, lo que levantó airadas reacciones en Francia. Pero el general Aussaresses, entonces con 83 años de edad, se mantuvo en sus trece: "un juicio no me da miedo. Volvería a decir lo mismo que he escrito en mi libro”, declaró.

Valerio Morucci es uno de los cuatro terroristas de las Brigadas Rojas que secuestró en 1978 a Aldo Moro. Tras asesinar a Moro (probablemente su jefe Mario Moretti fue el ejecutor material), llamó a la familia de Moro para decirle donde se encontraba su cadáver que él mismo condujo en una furgoneta.  Condenado a cadena perpetua “se disoció” públicamente de las Brigadas Rojas y salió de la cárcel quince años después. Entrevistado por Le Monde (28/11/11) tomándose un café en una terraza de Paris, reconoce que “fueron vencidos”, que “ejecutando a Moro nos ahogamos en la sangre”, pero “sin pesar ni remordimiento” afirma que “la lucha armada tenía un sentido en aquellos tiempos”.

sábado, 16 de junio de 2012

¿Puedo hacer algo para salir de esta crisis?




Mucha gente, normalmente preocupada por lo que pasa en el mundo, comienza a pasar las páginas políticas y económicas de la prensa y se refugia, unos en la cultura (los libros, el cine, la música…), otros en los deportes (el futbol, el tenis, el baloncesto…) sin que falten, aunque sean menos, tanto en la cultura como en el deporte.  A mi me pasa lo mismo. Entre mis hábitos está visionar, algún rato, el programa 24 horas de la noche de TVE. Constato que, últimamente, cuando su presentador, ya al final del programa (porque estima que es lo más importante, digo yo) anuncia media hora o cuarenta y cinco minutos para contarnos la situación económica, con el ingrediente, para mí  insoportable, del rifi-rafe televisivo de una frase de alguien del PP frente a otra del PP, pongo Bach, es un decir, o vuelvo a mis lecturas.


Creo que este estado de ánimo está bastante extendido. Y no es buena cosa. Los ciudadanos debemos informarnos sobre la “cosa publica”, sin dejarla, exclusivamente en manos de los políticos, expertos y tertulianos. El problemas es que, mientras políticos, expertos y tertulianos viven en mayor o menor medida de la “cosa pública” y, unos (políticos y expertos) más que los otros (los tertulianos) con la responsabilidad de buscar soluciones a la crisis que nos invade, los ciudadanos, aún interesados, pensamos que nada, absolutamente nada, podemos hacer para salir de la situación en la que nos encontramos. Y cerramos el televisor y pasamos a leer las páginas deportivas, las culturales, las de cotilleo o los crucigramas.

Eso, en el menos malo de los casos, porque hay gente (vean lo que pasa hoy que se vota en Grecia, o los mineros en España desde hace varios días y semanas) que anidan una revuelta social. Lo entiendo. Lo comprendo.

En efecto, estos planteamientos son comprensibles pero, a la larga, se vuelven contra nosotros. He dicho arriba que nada, absolutamente nada podemos hacer. Pero no es cierto. Era una rabieta. Todos, aunque unos más que otros (por su formación o por su situación actual en la vida) creo que debemos huir de dos tentaciones: la queja permanente pensando que solo los otros son responsables de lo que nos pasa, por un lado, y alimentar el cabreo, ronroneándolo en nuestro interior, por el otro.

Por el contrario, cada cual con sus medios, debe hacerse esta vieja pregunta: ¿qué puedo hacer yo para echar una mano en esta situación?. Lo dijo hace muchos años, creo que Kennedy: no te preguntes qué puede hacer EEUU por ti sino qué puedes hacer tu por EEUU. No tengo recetas, claro.

miércoles, 13 de junio de 2012

Totalitarismo y Venganza. Lídice, 10 de junio de 1942






Estoy preparando mi articulito de los sábados en El Diario Vasco. (No pretendan leerlo en Internet pues desde marzo pasado solamente son accesibles los artículos de opinión previo pago). Será sobre la destrucción de Lídice y de todos sus habitantes, el 10 de junio de 1942, como represalia, ordenada personalmente por Hitler, tras el atentado contra Heydrich, el “verdugo” de Praga, el 27 de mayo de 1942. Moriría, por septicemia, el 4 de junio siguiente. Los detalles los encontrarán fácilmente en Internet pero recomiendo la lectura del libro de Laurent Binet “HHhH”, premio Goncourt de la primera novela en 2010.


Cuando, a las cinco de la mañana del 10 de junio de 1942, un destacamento de la Schutzpolizei (policía urbana) de la localidad natal de Heydrich, fue desplazado expresamente a Lídice para borrarlo del mapa, yo tenía poco más de cinco meses de vida. Aun sin llegar a la escalofriante venganza de Lídice he vivido más de treinta años bajo la bota de Franco y algunos más bajo la de ETA. Con todas las diferencias que se quiera, y las hay, setenta años después quiero recordar, hoy, aquí, Lídice como ejemplo de a donde conduce todo totalitarismo. Toda pretensión de imponer a los demás, por la fuerza, las propias ideas que se estiman las únicas válidas para la sociedad en la que uno vive, justificando el asesinato de quien se oponga, por activa, por pasiva o porque pasaba por allí, a la consecución de las mismas. También quiero recordar que la venganza se vuelve siempre, siempre, contra sus autores. Conviene que no olvidemos ambas cosas en nuestros días cuando ya Franco es historia y ETA ha dicho que no va a matar más. No sea que los resucitemos.


sábado, 9 de junio de 2012

Violencias y justicias asimétricas




Ayer participé en un Seminario organizado por DeustoForum en la Universidad de Deusto sobre “Justicia para la convivencia. Justicia retributiva y justicia restaurativa: su articulación en los delitos de terrorismo”. Con tres ponentes, que ya nos habían mandado sus textos, nos reunimos unas cuarenta personas, la mayoría profesores, o gentes del ámbito del derecho, que cubrían prácticamente todo el espectro político de Euskadi. Fueron cuatro horas y media de intervenciones francas, la mayoría de altura. Algunos ya traían preparadas sus intervenciones, pues la leyeron. Yo saqué dos lecciones mayores de este Seminario. En primer lugar su gran utilidad. En Euskadi no han proliferado los ámbitos o espacios en los que personas con sensibilidades diferentes intercambiemos nuestros puntos de vista en torno a la cuestión vasca. Creo que habría que fomentar estos encuentros, particularmente de forma discreta, como la ayer en Deusto, aunque después se harán publicas las intervenciones de todos.

Pero saqué una segunda impresión del Seminario que, avala aún más, la necesidad de contactos entre personas de diferente sensibilidad pues comprobé que estas son, verdaderamente, muy dispares. Más allá de opciones políticas divergentes (nacionalistas y constitucionalistas, por usar una dicotomía al uso hace algún tiempo) era el tema de las víctimas y los presos lo que nos diferenciaba. Mientras unos solamente hablaban de las victimas de ETA, otros, entre los que me incluyo, también nos referíamos a las victimas de los GAL, Batallón Vasco Español etc., sin olvidar las torturas policiales. Pero el tema va más allá pues, yo al menos, ante el planteamiento de la necesidad de no limitarse a unas solas víctimas, siento el reproche, explicito o implícito, de querer subsumir la violencia terrorista de ETA dentro de un clima de violencia (y Batasuna añadirá, falsamente, como consecuencia del “conflicto” vasco) de tal suerte que la diluya. Entonces el terrorismo de ETA no sería sino una de las tantas manifestaciones de violencia que hemos padecido estos cincuentas años (por quedarme ahí) en el País Vasco y en España.

Personalmente sostengo que el terrorismo de ETA tiene su propia especificidad e, independientemente de las actuaciones antiterroristas y de las torturas (con una frecuencia más que  esporádica), el totalitarismo de ETA y sus actos terroristas (sin olvidar a quien las jalearon, justificaron o miraron a otro lado) exigen una condena en sí misma considerada, sin necesidad de mirar (aun sin olvidar) otras manifestaciones de violencia. Diría que no estamos en una situación de simetría (dos colectivos o dos comunidades que se enfrentan) sino en lo que, a falta de término mejor, denominaría como una situación de violencia asimétrica.

La siguiente cuestión es la de saber si, aún aceptando esta violencia asimétrica, debe haber también, como es el caso, una justicia asimétrica en la que la violencia de ETA reciba, de parte de la Justicia, una condena desproporcionadamente más elevada que la que han recibido las otras violencias.

No es este el espacio para avanzar más en estas cuestiones. Basta aquí haberlas señalado, apuntando por donde apuntan mis puntos de vista.

martes, 5 de junio de 2012

Bramhs y Bach en Paris




De vuelta de Scourmont me he detenido dos días en París. Entre mis pecados confesables están mis escapadas musicales, a veces con mi mujer, a menudo solo, como en esta ocasión. Esta vez con Brahms y Bach. El primero, en el Teatro de los Campos Elíseos, con la Filarmónica de Rótterdam y, en la batuta, Yannick Nezet-Seguin que ya han pasado por nuestra Quincena. Comenzó con el primer concierto para piano con un Nicholas Angelich regio, con una paleta sonora única, acompañado por la orquesta con demasiado músculo y menos poesía, pecado de no pocos directores de la nueva generación, a mi gusto. Pero, ¡qué pianista Angelich!. Tras el descanso la orquesta atacó las “Cinco piezas para orquesta de Antón Webern” que el director enlazó, sin parar (¿temía unos aplausos de conveniencia?) con el maravilloso primer movimiento de la segunda de Bramhs, que culmina con el brillante alegro con spirito, que Nezet-Seguin, tradujo con “brío”. La sala prorrumpió en aplausos arrancando, como bis, el allegretto de la sinfonía. Buen concierto.

Como no todo es música (y libros, ¡ay! salí corriendo de la librería, sin mirar a izquierda y derecha, al acercarme a la caja, pues ya tenía entre las manos siete libros, tres mas de los que llevaba en mi lista), como no todo el música y libros, decía, almorcé en un restaurante que recomiendo vivamente. “Chez Allard”, en el nº 41 de la rue Saint-André-des Arts, en pleno Barrio Latino. Al mediodía ofrecen un excelente menú de 24 € sin postre, 31 con postre, a seleccionar entre cinco o seis entradas, otros tantos platos principales, lo mismo que postres. Yo comí un salmón marinado esplendido y un “boeuf bourguignon” de los de antes. Leo la carta de vinos pero su precio me asusta y me conformo con el excelente, de verdad, borgoña de casa (18 € media botella). Total que por 42 € (no tomo postre, para no engordar aún más) y salgo feliz del restaurante camino de una buena siesta en mi hotel.

Dedico la tarde a la lectura y a las 20.00 la Misa en si de Bach, en la Salle Pleyel, con Masaaki Suzuki y su Bach Collegium Japan, conjunto de unos 25 instrumentistas y otros tantos coralistas de primera fila que nos hacen un Bach donde el kyrie es un kyrie y el gloria un gloria, lo que algunos directores, olvidan. Sin ser impecable, (prefiero Harnoncourt y Herreweghe, con  sus músicos) la versión de Suzuki, particularmente en los momentos brillantes - comienzo y final del Gloria, Resurrexit y final del Credo – es de levantar la boina. También el primer Kyrie.

Me despido de Paris hasta la “saison 2012-2013” con la música de Bach en la cabeza.

sábado, 2 de junio de 2012

De la cerveza de Chimay, y del Dios de un monje trapense enamorado del budismo tibetano.

Estoy en la Abadía de Scourmont, en el sur de Bélgica, a un kilómetro de Francia. Vine aquí, en Junio del año 1966 por primera vez, para poder pagarme los estudios trabajando, básicamente, en la cervecería, cargando y descargando camiones aunque en alguna ocasión acompañé a P.Theodore en la elaboración de la cerveza. Con él, y con el responsable de la primera fermentación, Fr. Louis, aprendí a degustar su cerveza, la cerveza de Chimay. La roja (la de capsula roja) con los amigos, la azul, para acompañar un día desapacible o remontar un bajón anímico (mejor dos que una) y la blanca para disfrutarla con fruición. Solo o con amigos. La blanca se toma fresca, entre 8 y 10 grados, la roja y la azul no más de 16, nunca fría. Muchos vascos pasaron por allí, aquellos años. La mayoría  a sacarse unos francos belgas sin que faltara el que aprovechó para pasar la frontera franco-belga- Quizás algún día hable de esto último.
Desde que dejé Lovaina vuelvo con cierta regularidad a Scourmont. A conversar con monjes amigos y participar en sus oficios. De los 50 o 60 monjes que había en 1966 ahora son 18 en comunidad pero solamente tres de los que conocí entonces. Uno de ellos es un sabio. Antiguo jesuita entró en la Trapa con más de 60 años de edad y ahora tiene 99. Se llama Bernard de Give.. Es un experto en budismo tibetano. Ha escrito, entre otros, un libro titulado “Un trappiste à la rencontre des moines de Tibet”, que me entregó. En su edición inglesa tiene un prefacio muy laudatorio del Dalai Lama, redactado tras leer el libro en francés.
Esta tarde hemos hablado un buen rato de Dios, y de cómo los budistas entienden a Dios. Me ha contestado. “¡Ecoute, Francois!,( por aquí me llaman así) los budistas no se plantean el tema de Dios. Para ellos, la persona, la felicidad de la persona, es lo más importante. No veo que nosotros los cristianos no podemos estar de acuerdo con esto”. Le pregunto, “¿y qué hacemos los cristianos con el Dios personal”. Me contesta, “Jesús es también una persona” y añade, en voz baja pero mirándome fijamente, “a fin de cuentas la persona, todas las personas, son más importantes que Dios”.
Al despedirme, le prometí volver. Me contesta, “ Sabes, Francois, cuando vuelvas ya estaré en mi primer centenario”