martes, 4 de diciembre de 2012

La otra España posible (2003)


               LA OTRA ESPAÑA POSIBLE

Noticia publicada en la página 7 de la edición del Sábado, 12 de julio de 2003 de El Periódico de Catalunya, edición impresa. Para ver la página completa, descargue el archivo en formato PDF

• El Estado español ideal es aquel que no se cuestiona sino que se construye entre todos y admite naciones diversas reconocidas sin tapujos

 
 

 
 
JAVIER Elzo
Catedrático de Sociología de la Universidad de Deusto

El modelo de España que acabe imponiéndose en los próximos años es, hoy, la cuestión política fundamental. En los extremos hay dos modelos: la España una y grande aunque dependiente y sumisa al Gran Hermano o la España rota por la secesión de los vascos y catalanes. Claro que cabe otro modelo que definiría, de entrada, como la España una, plural, nación de naciones, respetuosa de la diferentes identidades (múltiples). La España que resulta, con buena voluntad, de los artículos 1° y 2° de la Constitución actual.

DE LOS DOS modelos extremos sólo uno es viable. La secesión es imposible. Por dos razones. La primera y principal porque no hay, ni de lejos, mayoría de vascos o de catalanes (y no hablemos de gallegos) que lo desean. En segundo lugar, porque los líderes que gobiernan tampoco empujan en esa dirección. Este jueves pasado, cuando Pedro Ruiz le preguntó a Jordi Pujol si era independentista, el president le dijo que llevaba 50 años en la política y que nunca había propugnado la independencia.
Juan José Ibarretxe está harto de decir que su plan no busca la independencia, sino la convivencia. Por cierto, habría que pedir a José María Aznar (ya lo hizo Iñaki Anasagasti en el debate del estado de nación) que se lea el plan de Ibarretxe y que deje de hablar de estado libre asociado. Pero leo que José Luis Rodríguez Zapatero volvió a hablar de estado libre asociado en su entrevista con Alfredo Urdaci. Claro que el colmo es que, ese mismo jueves, en el debate de sordos de los políticos vascos en TV-3, algunos siguieran diciendo lo mismo.
Ciertamente hay también muy destacados dirigentes independentistas. Así, en Esquerra (Josep Lluís Carod-Rovira), en el PNV (Joseba Egibar) como en EA (Begoña Errazti), pero ¿cabe decir que son mayoría los independentistas entre sus propios militantes? No hablemos de sus votantes. Claro que si el modelo Aznar persiste unos años más quizá lo consigan. Así Xabier Arzalluz acaba de decirle que que el plan Ibarretxe puede ser "el último" proyecto "no independentista" del nacionalismo democrático. El presidente del PNV repitió, según leo en El Correo (5 de julio), que la iniciativa del lehendakari busca una nueva forma de convivencia "voluntaria" de los vascos "en el Estado", no la soberanía plena.
Vean, además, el último Euskobarómetro. Hoy sólo el 30% de vascos votaría la Constitución cuando en el referendo del 78 esa cifra fue del 31,3% (del 48% en plena tregua...). Menos que nunca. Además, el Gobierno español es la institución peor valorada por los vascos (2,7 de un máximo de 10). Incluso las Fuerzas Armadas y las Fuerzas de Seguridad del Estado (Guardia Civil y Policía Nacional) son mejor valoradas. Lo nunca visto. Más aún: "Para los no nacionalistas las instituciones que les siguen inspirando más confianza y merecen su aprobado son la Unión Europea, la Ertzaintza, el Rey, el Parlamento Vasco, el Tribunal Constitucional y el Gobierno Vasco". Nótese que en la lista no está el Gobierno español, pero sí el vasco. Cito textualmente el Euskobarómetro que, recuérdese, está dirigido por Paco Llera quien, por mor de la continuada agresión de los violentos, ha tenido que salir de su cátedra en Bilbao para poder vivir en libertad.

PERO CABE otro modelo. Es lo que yo llamo, en un artículo reciente en la prensa vasca (Correo/DV 29-5) "el mínimo común múltiplo de lo que sostienen el plan de Ibarretxe, el PSC de Pasqual Maragall, las propuestas de Artur Mas, las intuiciones del PSE vasquista, el federalismo de libre asociación de IU, algunos del PP del que sólo me atrevo a mentar a Miguel Herrero... No se trata, como me hace decir un buen amigo vasco, de coger un poco de aquí y de allá, sino de concitar ese mínimo común en el que podamos encontrarnos la inmensa mayoría, nacionalistas incluidos. Por brevedad retendría estos tres puntos mínimos de la otra España posible:
1.-- Hay un Estado español, España, que no sólo no se cuestiona, sino que se construye entre todos.
2.-- Pero en España hay naciones diversas, con identidad propia y que exigen ser reconocidas como tales. Sin tapujos y de buena gana.
3.-- En la nueva Europa hay que habilitar a las regiones y a las naciones la posibilidad de acceso, allá donde sus competencias sean totales, sin necesidad de pasar por el Estado.

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