domingo, 23 de septiembre de 2012

El salafismo y la hipocresía de algunos medios


El salafismo y la hipocresía de algunos medios

(23 de septiembre de 2012)

(A propósito de la película “La inocencia de los musulmanes”, y de las caricaturas de Mahoma de Charlie Hebdo. Una versión muy reducida de este texto se publicó ayer en El Diario Vasco, bajo el título de “Mahoma y la libertad de expresión”)

Las reacciones del mundo musulmán, ante el fragmento de la película “La inocencia de los musulmanes” que presenta una imagen denigrante de Mahoma y que puede verse en You Tube, exaspera al mundo occidental. Lo que se puede ver en Internet es denigrante, si, un bodrio, también. Hay dudas sobre su autor y una de las actrices acaba de protestar diciendo que la habían engañado. Más aún. El miércoles 19 de Septiembre  Charlie Hebdo publica unas nuevas caricaturas de Mahoma. El Ministro francés de Asuntos Exteriores, tras la publicación de las caricaturas anunció que el viernes (el día ayer), día de oración en el mundo musulmán ordenaría que se cerraran las embajadas, consulados y escuelas francesas de una veintena de países musulmanes. Se temía para ese día un recrudecimiento de la movilización antioccidental, principalmente contra EEUU, pero tras la publicación por Charlie Hebdo de la caricaturas de Mahora, Francia también corre serio peligro. De hecho hubo múltiples incidentes, particularmente en Pakistan con cerca de 20 muertos.

Charlie Hebdo es una revista, tenida por satírica, que yo prefiero denominar indecentemente provocadora. Lleva tropecientos años viviendo de ello. De la provocación, del escarnio de los famosos y, todo hay que decirlo, del morbo de sus lectores. Pero eso vende. Para publicar su caricatura de Mahoma se ampara, puño en alto. con su revista en la otra mano (en Le Monde del jueves 20 de septiembre), en la libertad de expresión. Hace muchos años cuando era estudiante, me enseñaron la diferencia que había entre la libertad “de” y la libertad “para”. Charlie Hebdo utiliza la libertad “de” expresión “para” ganar dinero, sin importarle un comino las consecuencias de sus decisiones. Esa es la verdad de la libertad “de” expresión de esas revistas. Seguro que el lector puede poner ejemplos de otras revistas entre nosotros. 

Por otra parte hemos visto películas, exposiciones, libros, pinturas donde la figura de Jesús de Nazaret era vilipendiada y ridiculizada (habitualmente en nombre de la libertad de expresión artística) pero, en nuestros tiempos, aunque muchos cristianos se han sentido ofendidos,  salvo algún desequilibrado que siempre lo hay, no ha habido un movimiento de masas, que haya incendiado casas, asesinado personas o promovido una cruzada sangrienta contra los autores de tales escarnios a la figura de Jesús. Esas cruzadas, que las hubo, afortunadamente han pasado a la historia en el mundo cristiano. En la actualidad el cristiano a menudo es perseguido en territorio musulmán, o ridiculizado (por retrógrado o cosas peores), entre nosotros. Basta atender cierta prensa, radio y TV para constatarlo.

De aquí se da un paso diciendo que los cristianos fuimos unos bárbaros, ciertamente (la Inquisición, las Cruzadas, las exterminaciones de indios en América, etc., etc.) pero afortunadamente gracias a varios concilios, por estar en contacto con la Ilustración, aun  atacándola, por vivir en democracia, todo lo formal que se quiera pero democracia y un largo etcétera, hemos dejado atrás comportamiento similares a los de los musulmanes fundamentalistas en la actualidad. ¿Porqué no han pasado por la transición que ya hemos vivido en el mundo cristiano?. En gran medida me incluso a pensar que sí. No que no haya musulmanes que sean tolerantes (incluso en la historia tenemos ejemplos universales de ello, piénsese en Averroes, o en Maimónides) pero en la actualidad muchos, muchísimos musulmanes, también en el poder, siguen pensando que toda ofensa a Mahoma justifica la muerte, sin piedad alguna, de quienes instiguen, protejan o no condenen tales ofensas. Sin que los responsables religiosos del Islam lo denuncien con la rotundidad exigible. Es el fundamentalismo religioso.

Ciertamente. Pero, ¿de donde viene?. ¿ Cómo se nutre?. ¿Cómo se explica semejante actitud y comportamiento, aunque no se justifique?. Amin Maalouf, libanés de nacimiento, residente hoy en Paris, lo explica mejor que yo en su libro “El desajuste del mundo”, con estas palabras. “A medida que la situación de los árabes se deteriora sobre el terreno (piensa en los siglos XIX y XX), a medida que sus ejércitos son vencidos, que sus territorios son ocupados, que sus poblaciones son perseguidas y humilladas, que sus adversarios se muestran todo-poderosos, y arrogantes, la religión que han dado al mundo se convierte en el último territorio en el que sobrevive su autoestima. Abandonarla es renunciar a su principal contribución a la Historia universal, es renunciar, de alguna manera, a su razón de ser. En consecuencia, la cuestión para las sociedades en este tiempo de dolor no es tanto la relación entre la religión y la política cuanto la relación entre religión e historia, religión e identidad, religión y dignidad” (Pagina 254 del original en lengua francesa)

Luego mucho cuidado cuando se afirma que los cristianos “somos mejores” que los musulmanes. La historia nos deja a todos en nuestro sitio. Así se explica, digo yo, que muchos jóvenes árabes que crecieron en  la Europa secularizada se hayan convertido en fanáticos islamistas., muchos de orientación salafista. Cuestión de dignidad, sin duda alguna. Lo que nos escuece. Lo que a Charlie Hebdo, y revistas similares, les trae al pairo. Con tal de hacer caja. ¡Miserables!

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