Diversidad de familias ante la educación de
los hijos
Publicado
en catalán,“Diversitat de famílies davant de l´educació dels fills” en
VIA (Revista del Centre d´Estudis Jordi Pujol), 09/ 2010, p. 133-146
La familia, entre nosotros, vive en la actualidad una auténtica
mutación. Ya no cabe hablar de familia como unidad de análisis sociológico,
sino de una multiplicidad de núcleos familiares, aunque con una nota común a la
gran mayoría, cual es la búsqueda incesante de redefinición de los papeles del
hombre y de la mujer, a no confundir, sin más, con los de padre y madre. Cada
día sostengo con más fuerza que es fundamental diferenciar la familia de la
pareja.
Lo anterior, unido al hecho innegable y bienvenido de la inserción
social de la mujer, trae como consecuencia que, en muchos núcleos familiares,
la figura que denominábamos “la madre” en la sociedad moderna haya salido de
casa mientras que el padre apenas haya entrado. Y cuando ambos entran, al final
de la jornada, lo hacen extenuados. Digo todo esto para expresar que la
capacidad socializadora de la familia posmoderna (más exactamente, insisto,
habría que decir de los diferentes núcleos familiares) se está reduciendo. En dos
estudios en los que hemos participado estos últimos años, uno de ámbito español
de 2002 en la FAD y otro, de ámbito catalán de 2007 de la Fundaciò Bofill lo
mostramos, pensamos que fehacientemente[1].
Centrándonos, en el estudio catalán, cabe decir que, en líneas generales
la gran mayoría de familias catalanas están razonablemente contentas. También
de la educación que reciben sus hijos, lo que estos corroboran. La nota media
sería de un notable bajo pero hay diferencias entre unos y otros modelos
familiares en relación a la educación de sus hijos. De ahí la tipología de
modelos educativos detectados.