Aquí se presenta solamente la Introducción (redactada por Javier Elzo) al Informe de 1995 titulado
PLANTEAMIENTOS
PARA UNAS
ACTUACIONES
SOBRE LA SUBCULTURA
DE
LA VIOLENCIA Y SUS REPERCUSIONES
EN
LA JUVENTUD VASCA
INFORME PRELIMINAR
Javier Elzo (Director del equipo)
Sabino Ayestarán
Kepa Bilbao
Juan I. Echano
Luis Pantoja
Trinidad L. Vicente
Deusto, Septiembre de 1995
ÍNDICE
Introducción:
1ª Parte: Resumen de los contenidos de los cuatro
Anexos.
2ª Parte: Ni una sola juventud, ni una sola
Violencia.
2.1.‑ El núcleo y la periferia.
2.2.‑ La violencia y las violencias.
3ª
Parte: Reflexiones,
Conclusiones y Sugerencias de posibles actuaciones.
4ª Parte: Propuestas de continuación del proyecto
en una posible fase posterior.
Anexos:
1º Sabino Ayestarán, Nieves García del
Moral, Maritxu Zulueta:
Perfil de los/las jóvenes de Euskadi que
justifican el terrorismo en ciertas circunstancias.
2º Kepa Bilbao:
JARRAI. La organización para la juventud
de KAS.
3º Juan Echano, Xabier Echebarria, Inés
Olaizola
La perspectiva
jurídica.
4º Trinidad L. Vicente:
Subcultura de la Violencia y Juventud en Irlanda del
Norte.
INTRODUCCIÓN
Cuando hace
cerca de un año recibí, desde el Departamento de Interior del Gobierno Vasco,
la propuesta de trabajar en un “Planteamiento para una actuación sobre la
subcultura de la Violencia y su repercusión en la juventud vasca”, aun
reconociendo la dificultad de la empresa, pensé que difícilmente me podía negar
a colaborar en un tema que incidía en uno de los ámbitos en los que más tiempo
he invertido en mi labor investigadora, cual es el de la juventud. En realidad,
la única duda provenía de la necesaria disponibilidad que exigía el trabajo,
máxime teniendo en cuenta mi cargo como Decano de la Facultad de Ciencias
Políticas y Sociología en la Universidad de Deusto. Pero la conciencia de que
no basta escribir libros sobre la juventud y encerrarse después en la torre de
marfil del investigador puro y, sobre todo, la seguridad de que compañeros de
la universidad, a quienes había hablado del Proyecto, estaban dispuestos a
colaborar en la tarea, me animaron, definitivamente, a responder
afirmativamente, con la única condición de que el estudio se inscribiría en el
marco de mi trabajo como Profesor e Investigador en la Universidad de Deusto,
entidad con la que el Departamento de Interior establecería el acuerdo
correspondiente, asegurando el que suscribe la dirección del Proyecto.
En la
Propuesta que se me ofrecía se partía de una constatación, que comparto, sobre
“1a permanencia (en los últimos años) de un fenómeno sociológico preocupante
para la evolución de nuestra sociedad como es la perpetuación, en determinadas
esferas de la población, de valores vinculados a una subcultura que alienta el
uso de la violencia”. Más adelante se hace hincapié en el camino que inician
algunos jóvenes en la práctica de la violencia con consecuencias por todos
conocidas, tanto para los propios jóvenes como para las víctimas de sus
acciones.
Tras referirse
la Propuesta a la diversa documentación existente en el Departamento de
Interior y que ponían a mi disposición, y de la que me ocuparé más adelante, se
formulaban los objetivos del estudio propuesto y que transcribo textualmente:
— Revisar la situación objeto de análisis.
— Sugerir y
diseñar propuestas operativas de intervención en el campo de la sociología, la
educación, el derecho, la psicología social, etc., que cimenten políticas
preventivas sobre este fenómeno.
Por mi parte
respondí con un Plan de Trabajo que
partía fundamentalmente del análisis de la documentación ya existente, sin
necesidad de producir, al menos en un primer momento al que corresponde el
Informe que ahora presento, nuevos datos por lo que se obviaría toda búsqueda
de información suplementaria. En otras palabras íbamos a trabajar con el
material ya existente y, particularmente, con el que se nos ofrecía desde la
Consejería de Interior, para así poder proceder al primero de los objetivos
propuestos que, recordamos, era “revisar la situación objeto de análisis”. Sin
embargo, ya señalaba que podríamos intentar, desde esta fase del análisis,
algunas sugerencias o propuestas de actuación que presentaremos en la 3ª Parte
del presente Informe. En consecuencia propuse seis líneas de investigación que
transcribo a continuación.
1º‑
Conocimiento y estudio de la elaboración documental que los propios agentes
legitimadores del uso de la violencia se dan a sí mismos y lo ofrecen a los
propios jóvenes. (Por ejemplo, en las publicaciones que controlan, así como en
octavillas que puedan confeccionar o para acontecimientos concretos).
2º‑
Conocimiento y estudio de los casos concretos que se pueden conocer en base a
archivos policiales y/o judiciales y/o penitenciarios.
3º‑
Conocimiento y estudio de posibles automanifestaciones, autoconfesiones, etc.,
de jóvenes que relaten sus procesos de inserción en los ámbitos de la acción
violenta.
4º‑
Conocimiento y estudio de posibles investigaciones realizadas, fuera del ámbito
vasco, sobre problemáticas similares a las nuestras. (Brigadas Rojas, Terra
Llure, etc.).
5º‑
Conocimiento y estudio de las investigaciones existentes sobre la percepción y
justificación social del fenómeno de la violencia en el País Vasco tanto entre
los jóvenes como en la población adulta. La incidencia de algunos casos
particularmente reflejados en los medios de comunicación social.
6º‑
Conocimiento y estudio de los perfiles sociológicos de los jóvenes próximos a
los movimientos legitimadores de la acción política y social, por procedimientos
violentos, y su evolución en los últimos años, siempre a tenor de la
documentación actualmente existente.
La recepción
del material proveniente de la Consejería se prolongó en el tiempo. De hecho,
los primeros materiales consistentes los recibimos en la última quincena del
mes de Diciembre pasado y gran parte del material jurídico‑policíaco durante el
mes de Febrero. La última documentación se recibió la primera semana de Marzo.
Tras diversas
reuniones, por separado, con los miembros del equipo y a tenor del material
obtenido, o que se preveía poseer, llevé a cabo un ordenamiento de la
investigación que paso a señalar a continuación y que dio lugar, en definitiva,
al Informe que ahora presentamos.
Las seis líneas
de investigación se concentraron en cuatro que han dado lugar, cada una de
ellas, a los cuatro textos que se incluyen en el presente Informe, como Anexos,
aunque, como es evidente, son parte substancial del mismo.
En primer lugar
necesitábamos conocer lo mejor posible cuál es el perfil psicosociológico de
los jóvenes vascos que apoyan las acciones violentas de signo terrorista, así
como la argumentación que utilizan para justificar la violencia terrorista. Por
extraño que parezca, hay poca literatura científica sobre el tema. Nuestros
propios libros sobre la juventud vasca datan de los años 1986 y 1990. Nuestra
hipótesis, además, es que el perfil del joven cercano al MLNV —con las
matizaciones y precisiones que este “estar cercano” exigen— y mucho más, la
justificación, motivación, actitudes y valores asociados a la violencia en
general y a la violencia terrorista en particular están modificándose con
cierta aceleración y profundidad. Sabino Ayestarán, Catedrático de Psicología
Social en la Universidad de País Vasco Euskal Herriko Unibertsitatea acababa de
dirigir el último trabajo sobre la juventud vasca y que ha sido publicado por
la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco, el pasado año 1994. A él le pedí
llevará a cabo esta primera parte del trabajo. Mantuvimos varias reuniones a
las que también se incorporaron las sociólogas Nieves García del Moral y
Maritxu Zulueta, que habían colaborado con Sabino Ayestarán en la señalada
investigación sobre la juventud vasca, especialmente en la parte cualitativa de
la misma de la que se extraerá la legitimación dada por los propios jóvenes
cercanos al MLNV a la violencia terrorista. En el Anexo nº 1 se puede leer, en
su totalidad, esta parte del trabajo.
En segundo
lugar parecía necesario conocer, en detalle y profundidad, la visión que desde
alguna sección juvenil del MLNV, y más en concreto desde Jarrai, se daba de su
propia visión de la realidad vasca, del papel que en ella ocupaba el MLNV y, en
particular, la organización juvenil Jarrai, como organización para la juventud
de KAS. La razón por la que se escoge a Jarrai es doble. Por un lado disponemos
de un excelente aporte documental sobre los Congresos de Jarrai y, por otra
parte, además de ser un colectivo fuertemente ideologizado, sus acciones
concretas son más que notables. Encargué este trabajo al Profesor en la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad de Deusto, Kepa
Bilbao Gaupeka y su trabajo se recoge en el Anexo nº 2.
En tercer
lugar, era absolutamente necesario conocer la vertiente policíaca y judicial de
la problemática. Además, este apartado venía sugerido por la propia propuesta,
pues en ella se hacía referencia a documentos en los que cabría hacer “estudios
individualizados de los casos concretos tratados por la Ertzaintza”, así como
“análisis de documentos policiales y judiciales que resultasen significativos
en este tipo de situaciones”. También se pedía un “estudio de la política
judicial respecto de este problema”, así como del “marco legal”. Como se puede
apreciar, tema amplio que difícilmente se puede tratar en el breve periodo de
tiempo que hemos tenido y con el material suministrado, como se explicará más
adelante. Pero así y todo más que algo pienso que se ha realizado en este campo
que encomendé al Profesor de Derecho Penal de la Universidad de Deusto, Juan
Echano, que ha trabajado en colaboración con los también profesores Xabier
Etxebarría e Inés Olaizola. El Anexo nº 3 recoge, en extenso, el trabajo
realizado por los citados profesores.
Por último me
pareció conveniente llevar a cabo una prospección sobre el estado de
conocimientos científicos en Irlanda del Norte respecto de la problemática que
nos interesa en este trabajo. Cogí este aspecto bajo mi directa responsabilidad
y encargué a la Doctoranda Becaria de la Universidad de Deusto, Trinidad
Vicente, que lleva ya tiempo trabajando esta temática, se pusiera en contacto
con profesores en Belfast —de hecho ya tenía contactos anteriores con alguno de
ellos— y tratara de controlar algunas hipótesis de trabajo, y en general
obtuviera el máximo de información en relación al objetivo de nuestro trabajo,
siempre con la vista puesta en su posible utilización, mediante el inevitable
acomodo, a la realidad vasca. En el Anexo 4º puede leerse, en detalle, el
resultado de este punto del Informe.
Dada mi
cercanía investigadora en el Instituto Deusto de Drogodependencias con el
Catedrático de Pedagogía Social de la Universidad de Deusto, Luis Pantoja, y
teniendo en cuenta la importancia que el ámbito pedagógico ha de tener en las
propuestas concretas de actuación, desde el inicio de este Proyecto solicité su
colaboración en el mismo, aunque no le asigné, en este primer momento, otro
trabajo que la lectura y comentario de los primeros documentos producidos por
el resto de los miembros del equipo de investigación.
De hecho, los
cuatro trabajos estaban ya terminados, en su primera redacción, para el final
de Marzo y fue distribuido a todos los componentes del equipo de tal forma que
el día 6 de Abril nos reunimos para discutir los documentos producidos y tratar
de negar a unos acuerdos mínimos y proponer algunas pistas de continuación.
El equipo de
colaboradores sintió, al término de la reunión de trabajo, la necesidad y
conveniencia de discutir algunos puntos más en profundidad, pues, aunque había
una más que relativa confluencia de puntos de vista en el diagnóstico de la
situación, aunque con variantes en puntos concretos que requieren matización,
sin embargo también se constataron algunas divergencias en determinadas partes.
Redactó el que suscribe un primer Informe (un PreInforme sería más exacto
decir) que fue discutido por todo el equipo el 5 de Julio, que tras algunas
correcciones y añadidos, se traduce en el presente Informe, asumido por todos
los miembros del equipo.
El Informe constará de cuatro partes.
En un primer
momento, se presentará un resumen de las
aportaciones de cada grupo de trabajo.
En segundo
lugar se realizarán algunas reflexiones que
creemos deben ser tenidas en cuenta, o al menos debatidas, en orden al objetivo
final del Proyecto.
En tercer
lugar se ofrecerán algunas, si no conclusiones definitivas, sí propuestas de actuación que también
merecen ser debatidas. Varias de estas propuestas, obviamente, están extraídas
de los documentos presentados en resumen en el apartado lº del Informe y, en
extenso, en los Anexos.
Por último se presentarán una serie de propuestas más concretas de continuación de
una posible fase posterior.
1ª PARTE. RESUMEN DE LOS
CONTENIDOS DE LOS 4 ANEXOS
En esta parte
del Informe nos limitamos a presentar, de forma sucinta, las ideas mayores de
lo que en extenso puede leerse en los cuatro Anexos que acompañan al Informe.
Este resumen lo elaboramos en base a la reunión del grupo y, lógicamente,
teniendo en cuenta los documentos.
1.1. Perfil psicosocial de los/las jóvenes de Euskadi
que justifican el terrorismo en ciertas circunstancias
Fuentes utilizadas:
—
Investigación Juventud Vasca 94. Muestra: 2.086
jóvenes.
—
Entrevistas grupales con 18 grupos “políticamente
comprometidos”.
A falta de
estudios directos sobre los grupos violentos, lo que se ha hecho ha sido
analizar a LOS/LAS JÓVENES VASCOS DE EUSKADI QUE JUSTIFICAN LA VIOLENCIA EN
CIERTAS CIRCUNSTANCIAS. Este grupo de jóvenes ha sido identificado a partir de
las respuestas dadas a estas cinco variables:
Variable 1.- Pueden darse ciertas circunstancias en
las que el terrorismo esté justificado.
Variable 2.‑
Conviene que los medios de comunicación informen con detalle sobre cuestiones
referentes al terrorismo.
Variable 3.‑ El
modo entero en que nuestra sociedad está organizada debe cambiarse radicalmente
a través de una acción revolucionaria.
Variable 4.‑ Nuestra sociedad debe mejorarse poco a
poco a través de reformas.
Variable 5.‑
Nuestra actual sociedad debe ser defendida esforzadamente contra las fuerzas
subversivas.
Perfil sociológico de los jóvenes que
“Justifican el terrorismo”. Conclusiones:
1.‑ ¿Qué
porcentaje de jóvenes vascos justifican el terrorismo?
La cifra más
próxima a la realidad actual se situaría probablemente en torno al 30%. En
Juventud Vasca '90 esta cifra se sitúa en torno al 27%; en Juventud Vasca '94,
la cifra sube al 32%.
Sin embargo, esta
cifra desciende al 9% cuando la pregunta sobre la justificación de la violencia
se plantea de tal forma que la respuesta afirmativa implique un compromiso
personal y activo en la organización del grupo armado.
2.‑ ¿Quiénes son
estos jóvenes?
Tienen una
ideología revolucionaria y son nacionalistas vascos, con una fuerte identidad
cultural vasca.
Sociológicamente,
podríamos situarlos en Gipuzkoa y Bizkaia, en las comarcas del Alto Deba,
Duranguesado, Bajo Deba y Urola Kostaldea. Pueden pertenecer a grupos de edad
diferentes (dentro de la franja de edad de 15 a 29 años) y predominan los
chicos. Suelen estar cerca de las asociaciones juveniles de carácter
alternativo, sindical o político.
Psicológicamente,
se caracterizan por un alto grado de rechazo a la autoridad y un fuerte
conflicto intergeneracional. No se ídentifican especialmente con
comportamientos sociales de carácter antisocial. Se preocupan por su futuro
personal y se sienten bien integrados en sus grupos de pertenencia. En relación
al consumo del alcohol y de la droga, adoptan posiciones éticas de carácter
individualista y hedonista, rechazando todo lo que suponga de sacrificio y
renuncia. Valoran el trabajo desde motivaciones de autorrealización y del ocio.
No se sienten responsables del funcionamiento actual de la sociedad. Esta es
una creación de los adultos. Sin embargo, se sienten obligados a luchar para
cambiar la sociedad. En esta lucha por el cambio social, prefieren los cambios
revolucionarios a la transformación gradual de la misma a través de reformas
sucesivas. No conceden credibilidad a la televisión y son pesimistas respecto a
su futuro laboral.
3. ‑ ¿Cómo
justifican su posicionamiento frente a la violencia política?
Tras la
lectura de las transcripciones de las entrevistas de grupo se concluye que, en
el discurso de quienes justifican el empleo de la violencia por parte de
E.T.A., los argumentos básicos son:
— La violencia de
E.T.A. no es tal, sino una respuesta a la auténtica violencia que es la
represión ejercida por el Estado.
— El derecho de
Euskadi a su independencia justifica el uso que hace E.T.A. de la violencia.
4.‑ ¿Qué camino podemos seguir para buscar una salida
a la espiral de violencia en Euskadi?
La juventud vasca
rechaza, mayoritariamente, el uso de la violencia para luchar contra la
violencia.
Los caminos que
nos quedan para avanzar hacia la pacificación de Euskadi son cuatro:
a)
La vía cultural: elevar el nivel cultural y la
apertura mental de los jóvenes, facilitando el diálogo y la negociación en
todos los ámbitos donde se mueven los jóvenes.
b)
La vía laboral: facilitando la integración de los
jóvenes en el trabajo.
c) La vía
política: arriesgando más en la negociación política con BB y con ETA. Las
soluciones políticas tendrán que ser graduales, confiando en que la dinámica
creada por la misma negociación política permita avanzar hacia soluciones
mejores.
d) La vía
policial: no se puede abandonar esta vía, porque la perspectiva de BB y de ETA
en la negociación es una perspectiva estratégica, lo que quiere decir que en la
negociación con BB y con ETA los partidos democráticos tienen que saber
combinar muy bien las posturas sinérgicas con posturas de claro antagonismo.
La vía policial
debe ser mantenida y reforzada. Pero es muy importante que la actuación de la
Ertzaintza sea firme y eficaz en el fondo y discreta en la forma.
1.2. JARRAI. La
organización para la juventud de KAS
Fuentes:
—
Congresos de Jarrai.
—
Ekintza, revista interna de Jarrai, dirigida a su
militancia.
—
Garraxika, como órgano de prensa externo de
Jarrai.
—
Hemeroteca del Departamento de Interior,
principalmente centrada en el diario Egin.
Elementos
básicos de análisis:
— Fundamentos
ideológico‑políticos (el MLNV responde a un componente fuertemente
ideologizado).
— La finalidad
política planteada en tres variantes: la autoafirmación de los militantes del
MLNV, la captación y la movilización social.
Limitación
previa:
La participación
de los jóvenes en el MLNV y, en general, en el movimiento juvenil no se opera
única y exclusivamente a través de Jarrai, sino desde el punto de vista
organizativo, a partir de organizaciones encuadradas en KAS o condicionadas por
la coordinadora y, desde un perspectiva activista por medio de movilizaciones y
acciones de diverso tipo y naturaleza.
Por consiguiente,
la generalización al entorno juvenil del MLNV de las conclusiones obtenidas de
este análisis, traería consigo una lectura errónea y sectárea de aquella
realidad en cuanto que en Jarrai se concentra lo que hemos denominado como el
núcleo duro de la juventud del MLNV.
Condiciones
previas para el análisis:
— No se puede
discriminar, al menos en la aportación documental que hace Jarrai estas tres
variantes por separado; es decir, no hay documentos específicamente dirigidos a
cada una de las tres variantes consideradas dentro del apartado de finalidad
política. Se plantea corno axioma básico: “Hay que movilizarse para
organizarse, y organizarse para movilizarse”.
— También se
plantean como axioma que “hay que luchar para negociar, y negociar para
luchar”; es decir, la negociación es un método dentro del proceso de ruptura
revolucionaria.
Premisas básicas
para la selección del objeto de estudio:
La razón de la selección de Jarrai para efectuar este
análisis se centra en dos premisas fundamentales:
— En el mayor aporte documental existente (razón
cuantitativa).
— En Jarrai
confluyen los dos elementos de análisis citados (razón cualitativa): por un
lado, es un grupo fuertemente ideologizado, incluso tiene lo que se llama “los
libros de premilitancia”, que abordan la formación de todos los militantes que
confluyen en Jarrai (basado en una estructura de cuadros) y en segundo lugar,
es un grupo con un componente político activo destacado.
Necesidad de una
contextualización:
Hay que
contextualizar Jarrai a partir de la estructura que en un momento determinado
adopta el MLNV, con la conformación del bloque KAS (básicamente en el año
1978). De ahí que primeramente se presente cómo se adopta esa estructura del
Bloque KAS y cuál es la incardinación que Jarrai asume dentro de ella.
En este sentido,
desde la perspectiva del MLNV, el bloque KAS asume la condición de “vanguardia
dirigente del proceso revolucionario vasco”, y cada una de las organizaciones
que se incardinan dentro del Bloque KAS son lo que designan como “vanguardias
sectoriales”. Por tanto, Jarrai se configura como una vanguardia sectorial del
proceso revolucionario vasco, que adopta como campo específico sectorial el
mundo juvenil.
Metodología
seguida:
La metodología
seguida es básicamente “historicista”; se ha procurado mostrar un desarrollo
lineal de Jarrai desde su fundación hasta su V Congreso, planteado sobre dos
bases: en primer lugar, determinar los fundamentos ideológicos concretos en
cada periódico histórico analizado y, en segundo lugar, poner de manifiesto las
acciones políticas más significativas y más relevantes en cada periodo
histórico. Para ello se ha dividido el proceso en cuatro fases: los
antecedentes, la etapa de crecimiento, la de consolidación y la etapa de
readaptación (muy clara y que se adopta en el V Congreso).
Conclusiones
destacadas:
Del análisis de la documentación
manejada, se destacan básicamente las siguientes conclusiones:
—
Dentro de la variedad de acciones sectoriales que desarrolla el MLNV, y en
concreto Jarrai, se ha observado como relevante desde el punto de vista
ideológico, la variación en su concepción de la posición de Jarrai ante la
actitud de los jóvenes frente al servicio militar: desde la inaceptación de la
objeción de conciencia y la insumisión, por considerarla una postura
individualista, y la defensa de un ejército popular vasco; hasta la adopción de
la insumisión como elemento que puede agudizar el conflicto político en el seno
del Estado.
— Desde el punto
de vista de las acciones políticas, llama la atención la posición que Jarrai ha
mantenido ante el tema de los “Gaztetxes”, en cuanto que se planteaban dos
elementos importantes dentro de la estructura o planteamiento ideológico de
Jarrai: por una parte, plantear una estructura que permitía la colectivización
de unos valores que se caracterizan por ser valores negativos; y, por otra
parte, el plantear la deslegitimación institucional poniendo de manifiesto que
las instituciones no son capaces de dar soluciones los problemas de la gente.
— La
aplicación desde un punto de vista ideológico‑político de dos teorías: la
Teoría del Desdoblamiento orgánico‑‑estructural y la Teoría de la Acumulación.
La primera obliga
a analizar cuál es la concepción del militante que tiene Jarrai (que es una
concepción cualitativamente distinta a la que tienen otras organizaciones
políticas), y se plantea cuál es la incardinación de ese militante dentro de la
propia organización juvenil, así como su incardinación en otras organizaciones
sectoriales de KAS: en HB o en otros movimientos sectoriales (Asociaciones de
Vecinos, Gaztetxes, Talleres de Teatro, etc.).
La segunda teoría,
la de la Acumulación, parte de la concepción ideológica de que para la lucha
revolucionaria de Jarrai es importante acumular todas las luchas que se den en
los distintos sectores de actividad política, social y juvenil; siempre y
cuando se les dote de una globalidad unitaria en el campo de la acción
política.
— La generación de
ofertas culturales ha tenido una lectura básicamente dialéctica en Jarrai. En
vez de proceder a la creación de un mundo cultural definido en un proyecto
concreto con unos valores determinados se ha ido a la afirmación desde la
negación.
—
Jarrai logra crear una conciencia colectiva por medio de mensajes que
contribuyen a generar una situación de victimismo en el conjunto de la
población juvenil, lo que la organización de KAS llama la agudización de la
conciencia específica. Se busca generar dinámicas que tiendan a la
socialización de las personas y las problemáticas sentidas, creando marcos
donde se colectivicen. Para ello se buscará la generación de un tejido
asociativo amplio que no necesariamente ha de apoyarse en estructuras estables,
sino en el que lo fundamental es generar unos valores culturales de sistemático
rechazo del actual modelo social y de ruptura frontal con la estructura
institucional.
1.3. La perspectiva jurídica
Fuentes:
Además de la doctrina y de la
jurisprudencia del Tribunal Supremo y, en menor medida, de la Audiencia Nacional,
60 declaraciones prestadas por detenidos ante distintas instancias policiales.
Consideraciones
previas:
— En el orden
jurídico corresponde sobre todo a las normas penales enfrentarse a las
distintas manifestaciones de la violencia, dando una respuesta de carácter
represivo y, al mismo tiempo, preventivo.
— Las normas
penales lo que sí es seguro es que no van a incidir sobre las causas, sobre el
origen de la violencia. Exclusivamente reprimen y tratan de que no se produzcan
las manifestaciones que presenta la violencia.
— La incidencia de
las normas penales puede ser positiva, pero que sin lugar a dudas puede ser
negativa, en cuanto que las normas penales entrañan una intervención violenta
de los derechos de las personal a las que se aplica: se les priva de libertad,
etc., por lo que, si están mal estructuradas, sí pueden servir como causas que
puedan alegarse para justificar la violencia.
Estructura y
conclusiones del estudio:
Para evaluar la legislación penal y
proponer las medidas que puedan hacer frente a la violencia se requieren cuatro
pasos:
1.‑ Saber cuál es la realidad de las
manifestaciones de la violencia que se plasman en delitos (indetectado por
ahora). Habría que profundizar en determinar los delitos que se efectúan, la
frecuencia de los mismos, número de personas implicadas, características más
destacadas de los violentos, índice de reincidencias... A partir de las
declaraciones prestadas por detenidos hemos podido detectar los siguientes
rasgos: la extraordinaria diversidad de delitos realizados, los implicados
pertenecen a un entorno social concreto, el entorno del MLNV, desde tiempo
atrás, destaca su juventud; en general, son individuos que no han asumido
responsabilidades personales (estudio, trabajo, familia, etc.).
2.‑ Análisis de la legislación aplicable. (Es lo que
más se ha estudiado).
El análisis del marco legal se ha hecho
con más detalle. En el estudio se distingue entre legislación antiterrorista y
legislación ordinaria no específicamente antiterrorista. Respecto de la
legislación antiterrorista se presenta un análisis no sólo de las disposiciones
de derecho penal material, sino también de derecho procesal y penitenciario.
Posteriormente se hace un somero análisis de las disposiciones de la
legislación ordinaria no específicamente antiterrorista que pueden ser de mayor
aplicación en estos casos.
— Legislación antiterrorista: las normas
de derecho penal material están en el límite entre la constitucionalidad y la
inconstitucionalidad; no responden a los parámetros constitucionales, por lo
menos al espíritu de una sociedad organizada en torno al respeto de los
derechos fundamentales, etc.
Lo mismo ocurre respecto de las normas
procesales: atienden al principio de oportunidad en quebranto del perjuicio de
legalidad; orientan el proceso más en la línea de un proceso inquisitivo que
acusatorio. Se han producido claras vulneraciones de los derechos fundamentales
reconocidos en la Constitución, por lo que ha debido de intervenir el Tribunal
Constitucional derogando algunas disposiciones, y cuando no ha sido así la ley
está al borde de lo tolerado constitucionalmente.
Se dice que el terrorismo debilita el
Estado de Derecho, y para defenderlo se desmantela, se renuncia a principios
fundamentales de este modelo de Estado.
— Legislación
ordinaria, no específicamente antiterrorista:
Como en la
legislación antiterrorista, también en la legislación ordinaria está todavía
presente el poso del franquismo. Hay delitos de peligro, como la tenencia de
armas, etc., que se han sancionado con fuertes penas porque pueden representar
conductas peligrosas para el orden público, para la autoridad del Estado. Se
piensa más en el daño que pueden causar al Estado que el peligro que pueden
representar para la sociedad. La misma interpretación se hace de las manifestaciones
ilegales, desórdenes públicos, etc.: interpretaciones tremendamente
estatalistas.
Hay que rescatar
de todos estos delitos el componente estatal para aproximarlo más a un
componente de la sociedad. Hay que poner de relieve el contenido lesivo de esas
conductas y no el peligro que pueden suponer para el Estado. Hay que librarlas
de contenidos autoritarios y darles un mayor contenido social. Hay que
responder con firmeza e implicar a la sociedad, no responder con el “desmonte”
del Estado de Derecho.
3.‑ En cuanto a si
se aplica la ley y en qué medida se aplica, no se ha estudiado, ni tampoco se
disponía de las fuentes; pero se señala, como por todos es conocido, que ante
algunos delitos se actúa con absoluta impunidad. Habrá entonces que ver por qué
no se aplica la legislación y si es realmente posible su aplicación. En este
sentido se plantean dificultades. Quizá sea necesario hacer una aproximación
sectorial.
4.‑ Adecuación de las disposiciones
legales a la lucha contra la violencia:
En este punto han
de analizarse tres cuestiones: si son legítimas, es decir, si se ajustan o no a
los principios básicos de un Estado de Derecho, si se justifican en cuanto
cumplen una función positiva que puedan calificarse de necesarias; y, por
último, si son o no eficaces.
La última de estas
tres cuestiones no ha sido objeto de análisis y sólo parcialmente la segunda de
ellas (en ambos casos por falta de datos empíricos suficientes). La primera es
contestada de forma negativa, como se refleja en el último apartado del estudio.
5.‑ Propuestas
provisionales de Política Criminal: corrección del déficit de legitirnidad;
“normalización” (frente a excepcionalidad) de las normas de Derecho penal,
procesal y penitenciario; “normalización” de la aplicación de las normas;
medidas extrapenales.
1.4. Subcultura de la
violencia y juventud en Irlanda del Norte
Fuentes:
—
Bibliografía acerca del conflicto del Ulster.
—
Entrevistas con investigadores en esta área.
Metodología:
Este informe se ha elaborado tras el estudio del material bibliográfico
recopilado a lo largo de varios meses, así como de la información aportada por
distintos investigadores del conflicto del Uster.
Necesidad de una
contextualización:
— Los jóvenes
norirlandeses desarrollan su sentimiento de identidad étnica en medio de una
situación de crisis política y confrontación sectaria. Es necesario, por ello,
hacer un análisis del contexto de enfrentamiento intergrupal en que viven y
desarrollan sus actividades estos jóvenes.
La segregación
está presente en todos los ámbitos de la vida de los norirlandeses: residencia
(especialmente en las grandes ciudades); economía (los católicos suelen
presentar mayores tasas de desempleo, menor formación, suelen recibir salarios
inferiores y residir en peores viviendas); política (protestantes‑unionistas
frente a católicos‑nacionalistas); ámbito educativo (la educación de las dos
comunidades se realiza casi completamente por separado, excepto a nivel
universitario), deporte, etc.
La socialización
sectaria, junto con la mutua ignorancia de las opiniones y prácticas de los
miembros de la otra comunidad, explican la correlación existente entre
segregación residencial y violencia. El sentimiento de miedo aumenta en
periodos de intensa violencia, y parece ser mayor fuera de las áreas segregadas
que dentro de ellas. En el contexto de violencia comunitaria, la seguridad es
definida como vivir “entre tu gente”, lo que da lugar a la creación de guetos
católicos o protestantes.
Conclusiones
fundamentales:
— Siguiendo el
planteamiento del informe, se constata la carencia de investigaciones llevadas
a cabo sobre el tema objeto de nuestro estudio.
— La violencia
vivida en Irlanda del Norte desde finales de los años sesenta ha llevado a los
jóvenes de la revolución contra el mundo de los adultos, característica de este
grupo de edad, a la conformidad con sus padres y la comunidad local. En Irlanda
del Norte, la gente joven, católica y protestante, crecientemente se han
convertido en los guardianes de la “tradición”.
— En
este contexto, acontecimientos culturales de raigambre y estima populares son
medios por los que la identidad de una de las comunidades es representada y
renovada en las mentes de sus miembros, en enfrentamiento con los miembros de
la otra comunidad. La celebración comunal y el enfrentamiento callejero que
implican este tipo de actos suponen un gran atractivo para la población joven.
La participación en este tipo de acontecimientos es visto por algunos autores
como un paso importante de algunos jóvenes hacia la militancia en organizaciones
paramilitares.
— Sí parece
existir consenso al afirmar que el colectivo de personas que componen los
grupos paramilitares en Irlanda del Norte son jóvenes solteros, entre los 18 y
30 años, con un bajo nivel educativo, desempleados o con escasas experiencias
de empleo y residentes en áreas urbanas.
— Parecen existir
evidentes conexiones entre altas tasas de desempleo, división comunitaria y
violencia. Esto plantea la necesidad de tener en cuenta las condiciones
económicas junto con las políticas o los factores puramente de seguridad para
poder poner con éxito fin a la violencia.
— Las cuestiones
relativas a la policía, su estructura y prácticas, han sido y continúan siendo
centrales en la polarización de la sociedad en Irlanda del Norte. En este punto
habría que señalar la tarea de milicia local desarrollada por el IRA (“castigos
a tiro” sobre miembros considerados implicados en actividades “antisociales”).
2ª PARTE. NI UNA SOLA JUVENTUD, NI UNA SOLA
VIOLENCIA
La
problemática de la juventud vasca cercana a los movimientos de ETA, y en
general del MLNV, es difícil de analizar desde coordenadas simples. Rápidamente
el análisis se convierte en simplista. Queremos, en las líneas que siguen,
reflexionar ante dos realidades que, aunque evidentes, no siempre están en la
mente, tanto de los analistas cuanto en los decisores y agentes sociales de
todo orden, a la hora de propugnar acciones concretas para contrarrestar la
actual subcultura de la violencia en amplios sectores de la juventud vasca.
Como reza el título de esta parte del informe, ni hay una sola juventud vasca,
ni la violencia terrorista es la única existente en nuestra sociedad.
2.1.
El núcleo y la periferia
La juventud como categoría
sociológica uniforme no existe. Todos los trabajos e investigaciones tratan de
poner de relieve este hecho que, sin embargo, es sistemáticamente olvidado
dando lugar a generalidades que en su simplismo ocultan más que revelan la
realidad juvenil. Expresiones como la “generación X”,
“los jóvenes de la ruta del bakalao”, etcétera, no son sino simplificaciones de una realidad
que es mucho más compleja.
Evidentemente
esto vale también para la juventud vasca, e incluso para la parte alicuota de
la juventud vasca que participa de las inquietudes, valores, comportamientos,
justificaciones, modelos de sociedad, etcétera de lo que conforma el MLNV. Las
expresiones “jóvenes radicales”, “jóvenes de la izquierda abertzale” etcétera, encubren diversos tipos de jóvenes, aún
insuficientemente analizados. La misma denominación “jóvenes radicales” es ya
engañosa y desafortunada, aunque en el estado actual de las cosas poco se pueda
hacer, al menos en lo inmediato, para cambiar esa denominación. El término de
radical tiene un a priori favorable
en todo joven. Aplicárselo a los jóvenes próximos al MLNV es, para ellos, un
acicate, una seña de identidad, un signo de que “van por buen camino”. No hay
que olvidar, sin embargo, que la radicalidad está en los adultos, o más
exactamente, en los objetivos explicitados públicamente por los dirigentes del
MLNV. Recuérdese lo de “Iraultza ala hil”, “Aberri ala hil”. Nuestra hipótesis,
ya sostenida desde el estudio Juventud
vasca 1986, es que la radicalidad de los jóvenes está en los mayores, sin
excluir en muchos casos, bien al contrario, a sus propios padres, y que son
éstos, entre otros agentes sociales no siempre bien definidos, los que
transmiten y alimentan a los jóvenes su radicalidad. Desde esa perspectiva
llamarles jóvenes radicales es casi un timbre de gloria.
Pero, como
señalábamos líneas arriba, tampoco cabe hablar de uniformidad entre los jóvenes
próximos al MLNV. Nuestra hipótesis es que nos hallamos ante una serie de
círculos, más o menos concéntricos, pero en todo caso con un circulo central,
un núcleo duro y con una periferia de contornos no perfectamente definidos,
conformando un continuo en el que el centro presenta una densidad y coloración
plena, y la periferia una dilución que, en sus bordes, puede confundirse, y
puntualmente se confunde, con la gran masa juvenil vasca.
En efecto,
integrar bajo la denominación de “jóvenes radicales” a todos estos jóvenes es,
además de un error de bulto en la apreciación de la realidad social juvenil,
prohibirse toda acción social específica con cada colectivo concreto, sin
hablar, lo que aún puede ser más grave, del riesgo de inducir al colectivo
periférico a engrosar los colectivos más próximos al núcleo central, justamente
por no saber diferenciar los diversos núcleos de compromiso y cercanía al
proyecto original del MLNV, definido en su pureza por el núcleo duro. En otras
palabras, el riesgo es el de estar pensando en el núcleo duro como si
representara a todo el conjunto juvenil vasco cercano a las tesis del MLNV. Con
ello se crea, desde fuera, la percepción de un colectivo muy amplio y homogéneo
y se induce a los de dentro a verse como tales cuando ésa no es la realidad.
El núcleo duro
de jóvenes próximos al MLNV, probablemente, es extremadamente reducido. Muy
concienciado, bien formado y mejor alimentado ideológica, estratégica y
tácticamente, es la avanzadilla del MLNV en el ámbito juvenil. Uno o dos
jóvenes de entre ellos pueden desquiciar un centro docente, una empresa, una
asociación mediante la obstrucción sistemática de toda acción positiva, aún
crítica, que se pretenda realizar. Pero ellos solos poco pueden y necesitan la
colaboración de otros jóvenes, explotando cualquier queja, deficiencia,
injusticia, etcétera, que pueda haber en la institución en la que se encuentran
o fuera de ella. Nuestra hipótesis es que poco o nada cabe hacer con el primer
núcleo de jóvenes y que hay que concentrar las energías, prioritariamente, en
los núcleos más amplios y periféricos.
Respecto de
estos últimos, los más numerosos, es preciso, en todo momento, lo repetimos,
distinguirlos de los que conforman el núcleo duro. También en el modo de
relacionarse con ellos, sabiendo distinguir la causa externa y tematizada de su
planteamiento o reivindicación de la relación, probablemente no estructurada,
con la organización del MLNV. En unos casos puede ser la defensa del euskera;
en otros, algún planteamiento de signo ecologista, el rechazo del servicio
militar, la angustia ante la dificultad de encontrar un puesto de trabajo y
emanciparse económica y hasta físicamente de la familia de origen y crear la
suya propia, la exigencia de la independencia para Euskadi, etcétera. Además,
hay que tener en cuenta que estos objetivos, que de alguna manera son utópicos
y, por tanto, compartibles por amplias partes de la juventud, son, sin embargo,
prácticamente inalcanzables, al menos en un futuro inmediato. El MLNV
intentará, como es obvio y manifiesto, servirse de esas demandas para ahondar
en la lucha contra las instituciones, sean éstas las que sean (aunque habrá
prioridades en la contestación y punto de mira de unas instituciones sobre
otras) y hagan lo que hagan. Es su fuerza y su debilidad, al mismo tiempo.
Lograr deslindar la reivindicación concreta de los jóvenes, más o menos
periféricos, respecto del enfrentamiento sistemático con las instituciones es
tarea ilusoria si se piensa exclusivamente en el núcleo duro de los jóvenes (y
no jóvenes) del MLNV, pues en el fondo (y en la forma) el objetivo último de
esta organización es la lucha antiinstitucional, y las causas concretas, meras
apoyaturas para dicho objetivo. Pero si se piensa en los jóvenes que están en
los círculos más o menos periféricos, el objetivo de deslindar, separar y
delimitar unos fines, que pueden ser de lo más legítimos, con la sistemática
lucha contra las instituciones nos parece un objetivo central.
2.2.
La violencia y las violencias
No hay que
subsumir la especificidad de la violencia etarra dentro de lo que genérica e
imprecisamente se denomina con expresiones como la “violencia estructural”, la
“violencia social”, la “injusticia de la sociedad capitalista”, etcétera. Esas
violencias e injusticias se dan, al menos en tan alto grado como en Euskadi en
otras partes del Estado español y en Europa. Por otra parte el sentimiento
nacionalista vasco, en la medida en que sea posible medir un sentimiento nacionalista,
si bien es muy fuerte y muy extendido entre la población que vive en Euskal
Herria, es difícil de sostener que sea superior al de otras zonas, como
Cataluña o Flandes, por ejemplo. Según esto la situación de violencia que se
vive en el País Vasco no es la consecuencia necesaria, lógica e inevitable, ni
de una injusticia social superior a la de otros países o enclaves geográficos,
ni de una situación de “opresión nacional” ligada, incluso, a una conciencia
nacional superior a la de otras zonas. La situación de violencia se cataliza en
la existencia de un colectivo que, en su día, apostó por la lucha armada, como
uno de los medios para obtener sus fines, y que gracias a su organización ha
sido capaz de arrastrar a un porcentaje importante de la población vasca hacia
sus objetivos públicamente explicitados (una Euskal Herria independiente y
socialista), logrando la justificación de procedimientos violentos, en amplias
capas de sus adeptos, en razón de esos objetivos y del análisis que realizan
para explicar que no se hayan podido cumplir en su totalidad por otros
procedimientos.
Todo esto es,
más o menos, sabido pero lo que no es percibido por la población juvenil vasca,
o al menos por contingentes porcentualmente importantes de la misma, es que:
1º: esta situación es inédita en el mundo occidental. No
hay otra organización que se proponga los objetivos del MLNV y tenga su
capacidad de convocatoria y movilización en todo lo que cabe denominar como el
mundo occidental, y no incluimos el resto del planeta, tanto por ignorancia
cuanto porque la comparación, si hubiera, tendría poco sentido por tratarse de
contextos sociales muy diferentes.
2º: esta
situación responde a un análisis sesgado de la realidad social y nacional
vasca.
3º: la
componente nacionalista en la que manifiestamente se apoya, primordialmente, el
MLNV le da su originalidad, por lo que es perfectamente diferenciable de otros
movimientos terroristas como los GRAPO, Banda Baader, Brigadas Rojas, etcétera,
pero que bajo la capa de la reivindicación nacionalista en muchos dirigentes
del MLNV y, a lo que parece, en la dirección de KAS, la reivindicación
nacionalista no es, sino una tapadera importante, la más importante habida
cuenta la realidad y sentimientos de gran parte de la población vasca, pero tapadera,
a fin de cuentas, de su objetivo final, a saber, el trastrueque de la sociedad
toda.
Visualizar en
el conjunto de la sociedad vasca, y de modo particular en su juventud, este
análisis de la realidad social circundante nos parece un objetivo central.
Ahora bien, si
la violencia del MLNV no es explicable ni subsumible por una situación objetiva
de “injusticia social y nacional”, en términos internacionalmente comparativos,
aunque a ojos de unos u otros, la lectura que se pueda hacer de esa realidad puede
ayudar y servir de base para la legitimación de la violencia terrorista, hay
otra perspectiva de la situación de violencia en la que, de hecho, se vive en
la sociedad vasca y que nos parece debe resaltarse. Nos referimos a los efectos
inducidos por la violencia terrorista sobre otras formas de violencia. Unas son
menos llamativas y con consecuencias menos graves, pero que a la larga crean un
poso de justificación de procedimientos no democráticos para la resolución de
conflictos. Otras, con esa misma lógica y tratándose de acciones directamente
relacionadas con las acciones terroristas y la respuesta a dar a las mismos,
pueden tener una gravedad inusitada. El GAL es prueba evidente de este segundo
supuesto, suficientemente conocido y tratado, por lo que no vamos a insistir en
ese punto.
Pero
refiriéndonos a los efectos inducidos por la violencia terrorista en otros
órdenes de la vida, más cotidianos, más cercanos al común de los mortales, hay
que traer a colación el déficit democrático que se observa en no pocas
circunstancias de la vida. Sin ánimo de exhaustividad y con el objetivo de
ilustrar nuestro propósito he aquí algunas de esas situaciones. Las dudas de
tantos ciudadanos a medida que se iba conociendo la realidad de los GAL, el
sentimiento de que sólo la violencia gana (autovía de Leizarán y también, aquí
y allá, expresiones del tipo “1a única forma de solucionar esto es llamando a
los de HB”), el acomodo de la población en muchas localidades ante la presencia
(en las paredes y en las cristaleras de determinadas entidades) del terrorismo
y su justificación (a veces con soflamas ecologistas), nombres y fotos de
empresarios o responsables de empresas en dificultades expuestos públicamente,
con amenazas de todo tipo (antes de haber sido juzgados y al margen de todo
proceso con garantías de defensa), profesores y directores de centros docentes
(Instituto de Gros en Donostia) amedrentados por colectivos próximos a HB, y no
olvidemos a los propios niños (la imagen del periódico El Mundo tras el asesinato del brigada del Ejercito en Loiola antes
de Semana Santa, es escalofriante) y, en general, una sensación, más o menos
generalizada, en la población de la inevitabilidad de la violencia y de la
incapacidad de los procedimientos democráticos para dar respuesta a los
requerimientos de todo orden en una sociedad moderna.
En la sociedad
vasca se ha introducido de forma, a veces imperceptible, una “normalización” de
la violencia como si formara parte del paisaje cotidiano. La gravedad de esta
situación es, al menos, doble. Por un lado, el MLNV encuentra terreno abonado
para reclutar sus militantes. Por el otro, la “normalización” de la violencia,
incluso más allá del campo exclusivamente político, trae graves consecuencias
para la propia convivencia democrática y para la plena asunción de los valores
democráticos.
Respecto del
primer aspecto quizá venga bien recordar que al inicio de ETA, en sus primeros
documentos (Zutik por ejemplo,
creemos recordar que en el número 4) se sintió en la necesidad de legitimar el
recurso a la violencia. Hoy también, y en los últimos tiempos cada vez más, se
encuentran con la necesidad de legitimar el recurso a la violencia —y este
punto hay que agradecer la labor de grupos pacifistas y defensores de los
derechos humanos que la sociedad vasca ha sabido crear—, pero el MLNV encuentra
también, precisamente por la mayor “normalización” de la violencia, fácil eco
en muchos jóvenes (y no tan jóvenes), como las transcripciones de las
entrevistas realizadas para el informe 1º (anexo 1) prueban a la evidencia.
Pero este
estado de cosas, y es la otra cara de la moneda, a la larga dificulta la
instauración plena de un Estado democrático y, más importante aún, de una
sociedad democrática. Desde este punto de vista nos parece capital trabajar en
todo lo que suponga el reforzamiento de los valores propios de toda sociedad
democrática: la tolerancia, entendida no como la indiferencia ante el otro, ni
como la transigencia ante lo que se estima en sí mismo negativo, pero “se
tolera”, sino, en positivo, la tolerancia como afirmación de que el otro es
también portador de una parcela de verdad, sujeto de derechos imprescriptibles,
la asunción de que la resolución de conflictos debe realizarse aplicando la
regla de la mayoría (aun respetando siempre los derechos de las minorías) y con
exclusión de procedimientos violentos; la potenciación de las instituciones
democráticas, garantizando su independencia, transparencia y control; el
rechazo del asamblerismo como procedimiento para conocer la libre voluntad de los
ciudadanos y en general en las tomas de decisión donde quepa pensar que puede
haber coacción en la libre expresión de los implicados en un conflicto de la
naturaleza que sea.
La mejor
defensa de la democracia y del Estado de derecho cuando es atacado radica en el
afianzamiento de los comportamientos inherentes al Estado de derecho,
comportamiento exigible a los responsables públicos ciertamente, pero no
solamente a ellos, sino a todos los que ocupan algún puesto de influjo social
(medios de comunicación, sindicatos, políticos, profesores, educadores
sociales, etcétera) sin olvidar a los padres y a la familia (institución a la
que habrá que empezar a tomar en serio más allá de declaraciones llenas de
buenas intenciones, pero vacías de contenidos operativos) y al conjunto de
ciudadanos en general. Asimismo, hay que potenciar los valores e instituciones
que sustentan el Estado de derecho, lo que no quiere decir en absoluto que las
instituciones hayan de tener carta blanca, ni tampoco que no hayan de adaptarse
a las exigencias de la vida moderna (por ejemplo, en la forma en que haya de
ejercerse en un futuro próximo la soberanía popular por otros procedimientos,
además de las elecciones a Parlamentos, juntas generales y Ayuntamientos).
En este
sentido cabe decir que la defensa de la democracia y del Estado de derecho es
una labor de todos los ciudadanos y la lucha contra los procedimientos del MLNV
no puede ni debe dejarse en las solas manos de la policía (Ertzaintza y demás
fuerzas de orden público según sus competencias) como si el conflicto fuera
estrictamente policial cuando, manifiestamente, la dimensión policial es, por
un lado un apéndice y una consecuencia de un planteamiento previo, y por otro
un objetivo, de los más importantes, entre las instituciones a debilitar. De
modo particular la Ertzaintza, entre otras razones, porque al haber surgido la
Ertzaintza en el pueblo vasco y estar compuesta por ciudadanos vascos, hace más
difícil una de las tesis del MLNV de que el conflicto vasco se sitúa entre el pueblo
vasco y el Estado Español.
3ª
PARTE. REFLEXIONES, CONCLUSIONES Y SUGERENCIAS DE POSIBLES ACTUACIONES
Como hemos
señalado más arriba, el presente informe responde a una hipotética primera fase
del proyecto, cuyo objetivo principal era el de analizar la situación actual y
detectar las lagunas existentes, a nivel de información. Esta segunda
consideración será objeto de la última parte del informe, pero estamos ya en
condiciones de presentar algunas reflexiones, conclusiones e incluso algunas
sugerencias de actuación, aunque obviamente no en la forma de propuestas
concretas con toda la precisión y concreción que supone un plan operativo de
intervención.
1º Una idea
central, aunque obvia y evidente no por ello menos necesaria de ser señalada al
inicio de estas reflexiones finales, es que la actuación para luchar contra la
subcultura de la violencia instalada en una parte notable de nuestra juventud,
y de la sociedad vasca en su conjunto, debe ser una actuación pluriforme, abarcando diferentes campos de actuación.
La originalidad y especificidad de la situación de la violencia vasca (caso
único en Occidente) radica en la conjunción de un planteamiento que,
técnicamente hablando, cabe denominar de revolucionario en el sentido de que
tiene como objetivo último subvertir las estructuras democráticas de la
sociedad vasca, aliado con un sentimiento nacionalista muy anclado en
proporciones importantes de la sociedad vasca y que, en colectivos asimismo
notables, adquiere la forma de un nacionalismo excluyente (de lo español y
francés) proponiéndose como objetivo último la creación de un Estado vasco,
independiente y socialista (a la antigua usanza en lo que a socialismo se
entiende). El MLNV que vehicula y aglutina todo este movimiento que, en números
redondos y con grados de implicación muy diversos, cabe cifrar entre 175.000 y
200.000 personas mayores de 15 años, se singulariza también, por la adopción y
profusión de un sistema de valores, en los campos económico, laboral, familiar,
ético y hasta religioso que son, en gran medida, antinómicos con los del resto
de los ciudadanos, sistemas de valores que trata de inculcar, con notable
éxito, entre sus propios simpatizantes, y cuyas ramificaciones se extienden a
la práctica totalidad de la sociedad vasca de hoy. Partiendo de este telón de
fondo, y asumiendo la necesidad de planteamientos y campos de actuación
pluriformes, avanzaríamos propositivamente, en un primer momento, una serie de
campos de actuación, que presentamos sucintamente a continuación.
2º El campo cultural. Este punto es clave,
pues en él radica la posibilidad de una Euskadi futura basada en la tolerancia,
en el respeto a la divergencia, en la asunción por parte de todos los jóvenes
de los principios de la democracia, en la defensa de los derechos humanos, etcétera.
Las acciones concretas deben enfocarse a través de la escuela, potenciando por
ejemplo las líneas transversales (ejemplo: educación para la convivencia,
educación para la cooperación, educación para la tolerancia...), pero no
exclusivamente, pues el papel socializador de la escuela no lo es todo, ni
mucho menos. Pensamos también en los medios de comunicación social mediante la
práctica cotidiana de la defensa inteligente de los principios democráticos,
así como mediante campanas concretas del tipo “educación para la paz” al modo
de otras campañas como “educación para la salud”, por ejemplo. También campañas
en la calle haciendo presente la cultura de la paz en los espacios públicos
que, durante demasiado tiempo, han parecido “propiedad privada” de los
detentores de la cultura de la violencia.
3º El campo intelectual. En realidad
es una derivación del anterior. Pensamos que en la sociedad vasca hay un
déficit de reflexión y un exceso de opinión. La reflexión exige estudio,
discernimiento, capacidad de “entender y aprehender desde el interior” la
postura y planteamientos del otro, lo que no quiere decir, en absoluto,
claudicación de los principios básicos de la democracia. Desde este punto de
vista, el diálogo nos parece una vía adecuada y necesaria para la resolución
del conflicto vasco.
En todo caso
nos parece importante la elaboración de
materiales de, trabajo y estudio, tanto para escolares como para la
gente adulta, y pensamos particularmente en textos para padres con hijos
preadolescentes, adolescentes y jóvenes, textos que ayuden a reflexionar tanto
sobre la realidad concreta en la que estamos inmersos, como sobre la forma y
manera de adoptar planteamientos y modos de vida más tolerantes, democráticos y
respetuosos de los derechos humanos, al par que críticos con las prácticas
violentas. No es tarea sencilla y es más fácil decirlo que llevarlo a la
práctica, pero tampoco es sencillo el panorama, ni tiene solución a corto
plazo. En concreto, y entre otros aspectos, nos parece conveniente trabajar en
las siguientes líneas:
3.1. Poner a
discusión el término “jóvenes radicales”, pues no hace sino reforzar en los
jóvenes partidarios del MLNV sus ideas dándoles, además, la aureola de ser la
vanguardia de la juventud que desea cambiar la actual sociedad.
3.2. Distinguir el
núcleo duro de los jóvenes proclives a los planteamientos del MLNV de los
diferentes círculos que lo enmarcan, especialmente de los periféricos que, en
más de un punto, pueden confundirse con la gran masa de la juventud vasca. En
efecto el núcleo duro se nos antoja irreductible y solamente dará su brazo a
torcer cuando alguien, desde dentro, les convenza de que han perdido la
“guerra”.
3.3. Por contra es
muy importante distinguir en las acciones concretas las reivindicaciones de los
jóvenes, incluso de los llamados radicales, de los objetivos finales del MLNV.
Las quejas, reivindicaciones y demandas de los jóvenes en orden a aspectos
tales como la ecología, la disminución del paro juvenil, la problemática del
servicio militar, por citar sólo éstos, hay que saber diferenciarlos de los
objetivos del MLNV. El que, desde el MLNV, se sirvan de estas y otras
reivindicaciones para el logro de sus objetivos no debe hace olvidar que
estamos ante planos diferentes.
Aspecto lúdico
de la violencia
3.4. Lo mismo cabe
decir de determinados planteamientos cercanos a tesis nacionalistas y que
pueden vehicular con vigor los jóvenes como, por ejemplo, la defensa y
promoción del euskera. Junto a evidentes exageraciones, normalmente fruto de
una concepción esencialista y excluyente de lo que nacionalismo quiere decir en
este final del milenio, aquí también hay que saber distinguir los diferentes
planos en los que se mueve el MLNV y gran parte de los jóvenes que se acercan,
en grados diversos, a sus planteamientos. En concreto, nos parece clave llegar
a deslidar claramente la aceptación de la violencia de la adopción de
planteamientos nacionalistas.
3.5. Nos parece de
capital importancia destacar y transmitir la idea de que la violencia
terrorista no es la consecuencia ineludible de una situación objetiva de
injusticia social y nacional en el País Vasco (al menos comparativamente
hablando con otros enclaves geográficos similares como, por ejemplo, Flandes y
Cataluña), sino la consecuencia inducida de una determinada lectura de esta
situación propiciada por los dirigentes del MLNV.
3.6. En el
análisis de la violencia nos parece que además de detenerse en la de signo
inequívocamente terrorista, hay que prestar atención a otros signos de
violencia, que cual mancha de aceite se han extendido en nuestra sociedad, ante
la “normalización” del estado de violencia en el que vivimos. Esto trae, como
consecuencia principal, un debilitamiento de la confianza en los procedimientos
no violentos en la resolución de los conflictos, bajo la sospecha de “sólo la
violencia es eficaz” y lo demás “palabras bonitas”.
4º. La vía de
la negociación política ha sido
objeto de alguna discusión en el equipo de trabajo, que por falta de tiempo y
por la complejidad del tema no ha llegado a una concreción. El grupo opina que
éste es además un tema que requiere urgentemente de reflexión por parte de la
sociedad.
5º. La vía integradora. El porcentaje de
paro juvenil en la juventud vasca es muy elevado. Mayor que el de la media de
la población española. También el porcentaje de jóvenes vascos que, aún
sintiéndose razonablemente contentos en sus familias de origen, desean
emanciparse es también muy elevado y mayor que el de la media española. No
pensamos que exista una relación de causa‑efecto entre la ausencia de
integración juvenil y la adscripción y asentimiento a los planteamientos del
MLNV, pero es evidente que la actual situación de muchos jóvenes vascos
favorece que la radicalidad de muchos de los planteamientos del MLNV tenga en
ellos oídos favorables. Aunque la inserción social y laboral, así como la
emancipación familiar de los jóvenes es anterior e independiente de la
situación política concreta vasca, queremos señalar que la confluencia de ambas
crea un caldo de cultivo propicio a la captación de jóvenes entre los más
frustrados de la población. Tampoco queremos dar a entender que los jóvenes
próximos al MLNV se recluten exclusivamente en ese segmento de población, punto
este sobre el que hay más de una laguna, pero sí que ahí puede encontrar el MLNV
no pocos “peones” para sus acciones.
Señalemos
antes de terminar este punto que estas reflexiones tienen un perfecto correlato
en el caso del IRA en Irlanda del Norte.
6º. Otro ámbito
de especial importancia es el que se refiere al judicial.
6.1. Corrección del déficit de
legitimidad. Hay demasiadas dudas de anticonstitucionalidad en más de un
aspecto de la actual legislación, olvidar los pronunciamientos del propio
Tribunal Constitucional derogando más de un artículo de la legislación
antiterrorista. No hay que olvidar, tampoco, que Amnesty International lleva
años reclamando la derogación de determinados aspectos del sistema procesal
español (incomunicación de los detenidos durante 72 horas). Piénsese en la
consecuencia de este estado de cosas a la hora de la socialización política de
jóvenes por parte de los agentes del MLNV.
6.2. Hay una
evidente contradicción en algunos aspectos del planteamiento penal del
denominado problema vasco. Por un lado, se dice que los delincuentes y
detenidos de ETA son “una simple banda de criminales” y que como tales deben
ser considerados, cuando al mismo tiempo se arguye y defiende una ley
antiterrorista y un tratamiento penitenciario diferenciado. Resulta difícil
convencer a un joven de que no estamos ante presos “diferentes”, lo que a su
entender no es otra cosa que “presos políticos”.
Ya
hemos señalado reiteradamente en estas páginas nuestra convicción de que en el
contencioso vasco hay también un componente político y que como tal debe ser tratado, pero no pensamos que ello deba
tener su traslado en su aspecto penal y procesal donde el principio de la
igualdad ante la ley debe primar toda otra consideración. Hay, por lo demás,
suficientes ejemplos en la historia penal y judicial de Occidente donde se ha
comprobado que los Tribunales y Jurisdiscciones Especiales han sido más
perniciosos, a la larga, que beneficiosos pueden parecer a la corta.
6.3. Si la mayor
parte de los delitos son cometidos en el País Vasco y, en todo caso, realizados
desde la perspectiva primera de promover cambios en el País Vasco, ¿por qué
juzgar esos delitos fuera del País Vasco, y más concretamente en Madrid,
propiciando así la interesada lectura de que estamos en una pretendida guerra
entre el País Vasco y España?
6.4. Hay un arsenal de normas que manifiestamente
no se aplican. Por ejemplo las manifestaciones ilegales, sin hablar de los
daños causados a personas y bienes en no pocas de esas manifestaciones. ¿No
existe acaso un sentimiento de impunidad en no pocos jóvenes (y menos jóvenes)
ante la certeza, real, de que hagan lo que hagan prácticamente no va a tener
consecuencias para su quehacer cotidiano? Una revisión, sea de las normas, sea
de las dificultades de su aplicación, sea de ambas cosas, se impone
urgentemente. Lo contrario es una constante burla del sistema legal y, lo que
es más grave, de la legitimidad democrática de la aplicación de la ley, pues
queda como arsenal de utilización arbitraria.
7. El paso de planteamientos abstractos a otros más concretos ha sido señalado, con
denominaciones distintas, por la práctica totalidad de los miembros del grupo
de investigación. Los jóvenes que practican la violencia rara vez se ven
enfrentados a las consecuencias de sus actos, y en concreto en las secuelas que
dejan en las víctimas y en los familiares y amigos de las víctimas. Se vive el
problema desde lo colectivo (el pueblo vasco, la injusticia social, la opresión
del Ejercito español, etcétera, hasta se invoca genéricamente a los presos
vascos), pero no hay un afrontamiento concreto con la acción llevada a cabo.
Desde esta
perspectiva debe reclamarse una actuación más eficaz de poder judicial y,
singularmente, de la fiscalía que hasta la fecha ha desarrollado un
comportamiento excesiva e irresponsablemente falto de compromiso en la
pacificación de Euskalherria. Sucesos como los recientes de Hernani, Rentería
o Pasajes, exigen una acción judicial decidida que no genere un sentimiento de
impunidad en sus autores. A los efectos de limar la tradicional y
secular desconfianza de los cuerpos policiales con el poder judicial se plantea
como urgente y necesaria la creación de espacios y foros de encuentro que
tiendan a presentar a sus miembros las distintas perspectivas desde las que
abordar el problema de la delincuencia de cobertura política.
Nuestra propuesta
va en el sentido de enfrentar a los jóvenes con las consecuencias reales de sus
actos, de la forma más directa y posible, y, por ello, consideramos que debiera
incluirse entre las normas de enjuiciamiento penal, al menos para jóvenes
responsables de delitos no especialmente graves, procedimientos de conciliación
entre autor y víctima al modo de los establecidos en otros países como por
ejemplo Alemania.
8º El ámbito policial. Los diferentes
miembros del grupo de trabajo hemos constatado la importancia y dificultad del
papel de la policía y en particular de la Ertzaintza. Es imposible olvidar la
dimensión policial del problema dada su desgraciada visibilidad. Reconocer que
la problemática tiene una base política no anula en absoluto la anterior afirmación.
Simplemente hace la labor policial más difícil y delicada. Aunque este punto no
ha sido de los más tratados en nuestro grupo de trabajo, en parte porque
entendemos a los que nos han encargado el trabajo más competentes que nosotros
mismos en el tratamiento técnico de la vertiente policial de la problemática,
he aquí algunas breves sugerencias.
8.1. No hay que
olvidar que, para gran parte del pueblo vasco, la policía trae tristes
recuerdos. Especialmente para los que se dicen nacionalistas. Las encuestas de
opinión, en este punto, son unánimes. La Ertzaintza sabe que parte de esa
realidad; el MLNV también, y aprovechará todo error o bravuconada de la
Ertzaintza apelando a la memoria histórica del pueblo vasco. Es evidente, por
otra parte, que el MLNV está haciendo todo lo posible para presentar a la
Ertzaintza como la continuadora natural de la Guardia Civil y de la Policía
Nacional, remachando, a la menor ocasión o excusa, lo que la memoria guarda
como lo más negativo (torturas y malos tratos en especial) de ambas
instituciones. De ahí que la limpieza y transparencia en las acciones de la
Ertzaintza sea doblemente importante, tanto en sí mismo considerado como por
las repercusiones que tiene en la percepción de los ciudadanos.
8.2. Todo lo que se haga desde la
Ertzaintza para presentar una imagen (luego una
acción) cercana a las necesidades
cotidianas de los ciudadanos será poco. Cuando
se habla de que la Erzaintza debe ser una
policía integral, no debe entenderse esta
integralidad sola, ni principalmente, como
que también haya de ocuparse de los
problemas del terrorismo.
Ser policía
integral quiere decir, sobre todo, que haga sentirse más seguro al ciudadano en
su vida de todos los días. De ahí la conveniencia de que miembros de la
Ertzaintza participen en todos los problemas de la sociedad, en discusiones y
debates con el máximo rigor y naturalidad posibles.
8.3. La
limpieza, transparencia y prudencia en la acción policial no excluye que ésta
deba mantener una actitud más decidida
en la protección de los bienes, privados y públicos, y en garantizar la
pacífica utilización de los llamados “espacios de convivencia social” por el
conjunto de los ciudadanos, impidiendo actos de vandalismo callejero realizados
por grupos minoritarios de alborotadores.
Los conceptos que
se han de proyectar relacionados con la actuación policial no han de ser el del
orden y respeto a la legalidad, en cuanto que ambos, que no son intrínsecamente
negativos, permanecen todavía demasiado asociados en nuestra memoria histórica
al pasado régimen totalitario. En su lugar la proyección de la labor
desarrollada por la Ertzaintza debe estar presidida por la idea de ser un
instrumento al servicio del conjunto de los ciudadanos y convertirse en garante
último de su normal desenvolvimiento en libertad.
4ª PARTE: ALGUNAS PROPUESTAS DE CONTINUACIÓN DEL
PROYECTO EN UNA POSIBLE FASE POSTERIOR
A continuación presentamos una serie de
propuestas más concretas en los diversos ámbitos de actuación sugeridos en los
capítulos anteriores.
4.1. Ampliar campos de estudio en el ámbito jurídico‑penal: nos parece
de interés estudiar más en concreto el funcionamiento del sistema jurídico‑penal
en algunos tipos delictivos tales como:
— Delitos de
“opinión”, injurias, calumnias y apología del terrorismo.
— Delitos de
agresiones y atentados contra agentes de la autoridad.
— Desórdenes públicos.
La metodología podría ser tanto el
estudio de las sentencias como el análisis posterior del proceso y las
diligencias policiales. En principio, las zonas piloto más interesantes pueden
ser Getxo, Rentería y Donostia.
4.2. En el ámbito escolar‑educativo: Se proponen cuatro líneas de
actuación:
— Creación de
grupos de profesores de Instituto y Formación Profesional, tanto a nivel
público como privado y de ikastolas,
en euskera y castellano. El objetivo sería el de estudiar los actuales
mecanismos de socialización horizontal en la adolescencia y juventud actuales.
Ya se ha pensado en una categoría de personas de la CAV a quien enviar un
cuestionario individual. Posteriormente esos profesores debatirían en unos
grupos de discusión sobre las conclusiones a las que hayan llegado. La
dirección del proceso se llevaría a cabo desde Deusto.
— Educación
para la tolerancia. El objetivo sería potenciar las denominadas “líneas
transversales” en la línea de educación para la tolerancia. Sería necesario
ponerse en contacto con el Instituto de Desarrollo Curricular (IDC).
— Creación de
grupos que trabajen en el campo del ocio y tiempo libre, con monitores de
tiempo libre, educadores de calle, etcétera, que creen un proceso de reflexión
similar al de los profesores de instituto y FP anteriormente mencionado.
Sería importante la colaboración de la Consejería de
Cultura y Acción Comunitaria.
— Parece
conveniente estudiar la viabilidad de llevar a cabo a nivel del último curso de
EGB y dos primeros cursos de BUP y FP un estudio realizado en las aulas
escolares para concretar los niveles de justificación y aceptación de los
procedimientos violentos en la resolución de los conflictos por parte de los adolescentes
vascos. En general, habría que estudiar cuál es el universo de normas y valores
de estos adolescentes, así como algunos de sus comportamientos, por ejemplo en
el uso del tiempo libre. Nos parece adecuado plantear este análisis en busca
del perfil de este colectivo en concreto, por considerarlo el sujeto potencial
susceptible de legitimar la acción violenta (sea del tipo que sea) cuya
información sería muy fiable e interesante.
Así, mediante una Escala de Lickert, se
introducirían una serie de ítems no
solamente sociodemográficos y se analizaría la penetración de legitimación de
la violencia en dicho colectivo. También se descubrirían sus posiciones ante
una variedad de temas tales como la religión, el trabajo, la familia...,
interesantes para la elaboración del perfil de quien legitima la violencia.
Respecto a la juventud no escolarizada, y
al objeto de concretar lo más rigurosamente posible la situación de paro,
comportamientos y actitudes inherentes al mismo, modalidad utilizada para salir
del paro o para paliar sus consecuencias, etcétera, proponemos una amplia
encuesta en base al uso del tiempo, realizado en forma muy detallada.
4.3. Ambito
familiar:
Partimos del hecho constatado de que la
influencia familiar en la ideología política de los hijos en muchos casos (por
ejemplo si existe una fuerte concienciación de voto familiar tradicional) es
importante, pero no determinante.
Lo que sí es muy influyente de la familia
son los valores que haya proclamado a la hora de educar a los hijos. En este sentido,
es difícil que los hijos se opongan a unos valores que hayan sido inculcados
por el entorno familiar desde su infancia.
Sin embargo, analizar el entorno y la
influencia de la familia es tarea difícil. Un procedimiento todavía inédito en
el ámbito español consiste en llevar a cabo investigaciones familiares,
cuestionando separadamente a padres e hijos de una misma familia.
Las propuestas del grupo dirigen también su atención a
las asociaciones familiares.
En todo caso,
y siendo conscientes de la dificultad que supone la intervención pública en los
hogares, un campo de intervención nos parece el de los medios de comunicación,
especialmente la televisión (campañas publicitarias, discusiones en programas
de audiencia en que se trate el tema de las consecuencias de los actos
violentos, como por ejemplo el enfrentar al violento con su víctima; debates
sobre este tipo de cuestiones en programas como Txuri Beltz, etcétera).
También es
interesante el contenido de estas campañas en la radio y en la prensa para “hacer
pensar”, al igual que en los foros de participación en centros de educación
básica.
Es necesario
llevar a cabo una campaña “inteligente” que evite que el entorno de esa
violencia responda con una contracampaña que desprestigie la inicial.
4.4. Los medios
de comunicación.
Además de la
necesidad de implicar a los medios de comunicación social, se señala que en la
Universidad de Deusto, diferentes profesores están desarrollando métodos y
técnicas informáticas de análisis de documentos.
4.5. Ambito
policial.
Parece
conveniente estudiar la rentabilidad, en orden a la pacificación de Euskadi,
que se puede obtener de las informaciones que recibe la policía en e1 cumplimiento de sus funciones específicas,
así como evaluar sus modos de actuación en orden al mismo objetivo.
Hay que considerar dos puntos muy importantes respecto
de las informaciones obtenidas por la Ertzaintza.
— La garantía de no identificación y anonimato del
detenido.
— El problema de la validez y fiabilidad
de las informaciones recogidas por ese procedimiento.
4.6. Otras consideraciones a tratar.
— Parece
conveniente tener en cuenta las diversas situaciones que pueden darse en razón
de las situaciones particulares que se han vivido y se viven en localidades
concretas (Ataun, Hernani, etcétera).
— Al grupo de
trabajo le parece que sería muy interesante que desde la intelectualidad se
hicieran unas aportaciones y propuestas más concretas y comprometidas que
generaran movimientos de opinión.
En este sentido, creemos necesaria la
creación de una serie de mecanismos para que la sociedad produzca unos grupos
que aporten y perfilen tales aportaciones sobre una serie de conceptos cuyos
contenidos son difusos y sobre los que no existe unanimidad y consenso (por
ejemplo, nacionalismo, derecho de autodeterminación, negociación política,
integración de Navarra, etcétera).
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